Esta planta “disminuiría sustancialmente el impacto ambiental”, aseguró.
La edila explicó que se tratarían tres tipos diferentes de aguas cloacales que requieren diferentes tratamientos, son el agua de uso doméstico, la de residuos humanos y la no domiciliaria, que a su criterio es la más preocupante. Estás últimas, que provienen de sectores industriales y de servicios, son las que poseen una mayor concentración de residuos y que si bien deben ser tratadas por la empresa antes de su descarte, continúan siendo altamente contaminantes.
Finalmente, insistió en la importancia del cuidado del río Paraná y de la toma de conciencia de que, por ejemplo, la toma de agua para ser potabilizada es cercana al lugar donde se arrojan los desechos cloacales.