El cantautor guatemalteco dio más de 60 conciertos en lo que va del año y continúa recorriendo el mundo para reencontrarse con sus fanáticos.
Por Noticias Argentinas/LT3
En épocas en las que gran parte de la industria musical se rige por las tendencias, los géneros musicales de moda y se entrega a todo aquellos que pueda generar repercusiones en las redes, Ricardo Arjona confió en sus instintos y apostó al sonido que genuinamente quería lograr. Y así, en plena pandemia, surgió Blanco y Negro, un disco doble que representa el proyecto más ambicioso de su carrera.
El artista guatemalteco se aventuró a la producción de 24 canciones nada menos que en los históricos estudios Abbey Road de Londres y en su en medio del proceso creativo, se vio atravesado por la situación sanitaria mundial, que lo llevó a hacer cambios hasta alcanzar lo que tanto estaba buscando. Blanco fue presentado en 2020 y tuvo un éxito rotundo, pero dispuesto a sorprender a sus fanáticos, el artista decidió presentar Negro de a poco: desde 8 de octubre de 2021 se encargó de mostrarle a su público un tema nuevo por semana, con su correspondiente videoclip cuidadosamente pensando: con una estética en blanco y negro y en los mismos estudios donde fueron grabadas.
Para completar su gran hazaña, Arjona, que venía de presentar Hecho a la Antigua, su show vía streaming que se convirtió en el más visto de Iberoamérica y por el que recibió una nominación al Grammy americano, anunció así 100 conciertos entre Europa, Estados Unidos y América Latina para reencontrarse con sus fanáticos cara a cara. Y hasta el momento, más de un millón y medio de personas asistieron disfrutaron del Blanco y Negro Tour, considerada como una de las 20 giras más poderosas del mundo al lado de Coldplay y varios más.
En Buenos Aires, el cantautor arrasó con 8 fechas en el microestadio Movistar Arena. “Era Buenos Aires en los años 90. Tenía intercambio en aquel hotel de la calle Suipacha, cantar en el piano bar a cambio de habitación y desayuno. Llegué a cantar en tres lugares distintos la misma noche. Animal Nocturno fue escrito en las calles de Buenos Aires y vería la luz años después. Mis sueños eran de vida corta, los más grandes se vencían a la mañana siguiente. Siempre me quedé con la sensación nostálgica de que nunca volví a vivir esta ciudad como la viví en aquella época”, recordó el artista guatemalteco, emocionado por volver a pisar suelo argentino.
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