El canciller expresó la “preocupación” por la militarización de la zona y afirmó que la actitud del Reino Unido “no se condice con los tiempos y las prácticas vigentes del multilateralismo y del derecho internacional”.
El canciller, Santiago Cafiero, subrayó que “la presencia militar británica en el Atlántico Sur resulta inaceptable”, ya que señaló que la actitud del Reino Unido “no se condice con los tiempos y las prácticas vigentes del multilateralismo y del derecho internacional”.
El funcionario nacional participó de una reunión Ministerial de la Zona de Paz y Cooperación del Atlántico Sur (ZPCAS) en Cabo Verde, donde remarcó: “Compartimos la preocupación de los integrantes de la Zona por la presencia militar británica en el Atlántico Sur. Es por ello que deseamos llamar la atención sobre el reciente despliegue en las Islas Malvinas de integrantes de las denominadas `Fuerzas de Seguridad de Kosovo´. Esto constituye una ilegal y desproporcionada demostración de fuerza de parte del Reino Unido. Supone la introducción en el Atlántico Sur de actores extra regionales ajenos a la disputa de soberanía”.
“La presencia militar británica en el Atlántico Sur resulta inaceptable, cuya actitud no se condice con los tiempos y las prácticas vigentes del multilateralismo y del derecho internacional”, añadió el ministro de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto.
En el marco del encuentro del foro que nuclea a 24 Estados ribereños de Sudamérica y África, se expresó un “rotundo apoyo a la Argentina respecto de la Cuestión Malvinas”, exhortando al Reino Unido a cumplir con el mandato de la ONU y demás organismos multilaterales de reanudar las negociaciones para encontrar una solución pacífica, justa y duradera a la disputa de soberanía.
Además, “se manifestó la preocupación por las actividades ilegítimas de exploración de hidrocarburos y el reforzamiento de la presencia militar”, informó un comunicado del Palacio San Martín.
“Desde 1833 mi país sufre la ocupación ilegal de parte de su territorio por el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte. En tal sentido agradecemos especialmente el constante respaldo de los Miembros de la Zona al llamado a reanudar las negociaciones bilaterales de soberanía sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur, Sandwich del Sur y los espacios marítimos circundantes, de conformidad con la resolución 2065(XX) y otras resoluciones relevantes de la Asamblea General”, manifestó Cafiero.
Y agregó: “La Argentina estuvo, está y estará siempre dispuesta a entablar otra vez tratativas diplomáticas con el Reino Unido sobre la Cuestión Malvinas. Somos un pueblo pacífico y digno”.
“Los miembros de la Zona pusimos de relieve en numerosas Declaraciones Ministeriales nuestra convicción sobre la necesidad de mantener la región libre de medidas de militarización, de carreras armamentistas, de presencia militar extranjera. Debemos asegurarnos de que la Zona quede libre de la presencia real o eventual de armas nucleares”, continuó.
Sobre el final, el canciller destacó: “Nuestro país tiene plena conciencia de que el Atlántico Sur es un espacio geoestratégico. Lo expresamos teniendo en cuenta la importancia, la cantidad y la calidad de los recursos naturales de esta región. Lo sostenemos al considerarlo una vía de navegación indispensable para el comercio internacional. Son dos factores clave para el mundo y para quienes integramos la Zona. La creciente competencia entre algunos de los países militarmente más poderosos conlleva el riesgo cierto y concreto de que las tensiones entre ellos se trasladen al Atlántico Sur. Debemos evitarlo a toda costa”.
La Zona de Paz y Cooperación del Atlántico Sur (ZPCAS) fue proclamada en 1986 por resolución 41/11 de la Asamblea General de las Naciones Unidas. Sus países miembros son Argentina, Brasil, Uruguay, Angola, Benín, Cabo Verde, Camerún, Congo, Costa de Marfil, Gabón, Gambia, Ghana, Guinea, Guinea Bisáu, Guinea Ecuatorial, Liberia, Namibia, Nigeria, República Democrática del Congo, Santo Tomé y Príncipe, Senegal, Sierra Leona, Sudáfrica y Togo y tiene por objetivos la promoción de la paz, la cooperación regional, el desarrollo socio-económico, la protección del medio ambiente, la conservación de los recursos naturales y el uso pacífico del Atlántico Sur, en el marco del respeto a la soberanía, la independencia política y la integridad territorial de los Estados.