Escrito por LT3
El explosivo thriller de acción de 8 episodios, que ya se puede ver en la plataforma, tiene al puerto de esa ciudad española como el escenario principal, donde, un accidente inesperado y la desaparición de un importante cargamento de cocaína desencadenará una implacable guerra repleta de asesinatos y venganzas por el control del ingreso de drogas.
“Mano de hierro”, es la nueva serie española de Nertflix, dirigida por Lluís Quílez y protagonizada por el argentino Chino Darín y los españoles Eduard Fernández y Jaime Lorente, que se introduce en ilícito negocio del narcotráfico en España. El puerto de Barcelona es el escenario principal del nuevo thriller de acción, que se puede ver en la plataforma desde el viernes 15 de marzo. Se trata de la segunda apuesta del cineasta tras su éxito con la película “Bajocero”, donde, un accidente inesperado y la desaparición de un importante cargamento de cocaína desencadenará una implacable guerra por el control del ingreso de drogas, repleta de asesinatos y venganzas.
La trama sigue a Joaquín Manchado (Eduard Fernández), el dueño de la terminal marítima del puerto de la Ciudad Condal. Profundamente involucrado en la red criminal del puerto, él es pieza clave para la importación de cargas de contrabando, llegándose a comercializar más de 30 mil kilogramos de cocaína. No obstante, un accidente inesperado y la desaparición de un importante cargamento desencadenarán una implacable guerra repleta de asesinatos y venganzas. El director Lluís Quílez, llevaba un tiempo pensando en desarrollar una historia en torno a una familia y una organización criminal y, cuando descubrió los datos de la droga en el puerto de Barcelona, tuvo claro que la ambientaría en su ciudad natal.
Es que, en ese sentido, ya la sinopsis oficial describe: “El puerto marítimo de Barcelona recibe casi 6 mil contenedores por día. Llegan mercancías de todo el mundo que, en un solo año, pueden esconder más de 30 mil kilos de cocaína, lo cual convierte a la ciudad portuaria en una de las puertas de entrada de droga más importantes de Europa en el lucrativo negocio del narcotráfico. Bien lo sabe Joaquín Manchado, ya que es el propietario del principal de la terminal en el puerto de Barcelona. Si alguien quiere importar una carga ilegal a través del puerto, debe contar con su apoyo, además de la colaboración de toda la red criminal que ha tendido a su alrededor”.
La producción se destaca por su elenco, que incluye al hijo del célebre Ricardo Darín, el argentino Chino Darín, que logró consolidad su propio nombre gracias a sus diversas colaboraciones con la “N” roja. Además, cuenta con el reconocido actor de “La casa de papel” y “Élite”, Jaime Lorente, y los ganadores de un premio Goya: Natalia de Molina (“Kiki, el amor se hace”), Sergi López (“El laberinto del fauno”) y Enric Auquer (“El maestro que prometió el mar”). Completan el reparto Daniel Grao, Raúl Briones, Salva Reina, Gianni Fruttero, Cossimo Fusco y Ana Torrent entre otros.
El título hace referencia a su protagonista (Eduard Fernández), tanto en sentido literal como figurado. El personaje, Joaquín Manchado, es el propietario de la principal terminal del puerto, una posición que aprovecha para lucrarse montando un entramado para facilitar la entrada de cargamentos ilegales escondidos entre la mercancía rutinaria. Le falta una mano, así que luce una prótesis ortopédica, pero también maneja con mano de hierro a su familia y a sus empleados en la red criminal.
De esta manera, “Mano de hierro”, se impone como un potente thriller cargado de acción, venganzas y traiciones. La ficción, está salpicada por la violencia, la intriga y los giros de guion, en un juego de desconfianzas mutuas, siempre al borde de la traición, donde lo que parece ser, luego resulta que no es. “Hemos tomado ideas inspiradas en la realidad, de casos de estibadores, de agentes de aduanas y de policías infiltrados, pero es una historia de ficción”, aclara Quílez, que considera que “desde las Olimpiadas hasta ahora no había una obra que retratara esta Barcelona más callejera, portuaria, del Raval, del Paralelo, de la Barceloneta, que en otras épocas se había retratado mucho, como en el cine quinqui”.
Pero “Mano de hierro” no solo muestra la Barcelona actual, sino también la de décadas atrás, gracias a los flahbacks que sirven para indagar en el origen de los personajes. Cada capítulo, de hecho, está centrado en uno de ellos y ayudan a ir montando el puzle de la compleja familia Manchado en una serie que toma como escenario principal un plató poco habitual en la ficción. Descripto por el director como “Un lugar inaccesible”, Quílez destaca que “todas las localizaciones de la serie son naturales y la principal es el puerto”, sobre un rodaje que se alargó cinco meses y que no fue nada fácil por el sitio elegido para ambientarlo.
“El puerto es un lugar superatractivo, pero muy inaccesible y complicado”, explica el director. “Piensa que nosotros hemos rodado una desestiba, un proceso técnicamente complejo”, añade. Así, la maquinaria del puerto se convirtió así casi en un personaje más de la serie: “Hay como una ambición por parte de la serie de ser muy realista y de retratar ciertas cosas casi con una mirada documental para poder enseñar cómo funcionan ciertos procesos y de ahí engarzar con una historia de ficción”. La serie, está basado en un personaje real (el empresario José Mestre Fernández) que existió en el Puerto de Barcelona y que tiene algo de El padrino.
“Nunca se fía de nadie, pero al mismo tiempo es reconocible. Es un tío que podría ser el vecino de cualquiera”. Pero, aunque está rodada en Barcelona, en la serie no se oye el catalán. “Cuando en la ficción se intenta retratar el bilingüismo no creo que se haya hecho de una forma natural, lo veo muy forzado, como acartonado y colocado”, se justifica Quílez. “No me sentí con la confianza de hacerlo proque a veces es más una distracción. Lo que quería es que la gente entrara en esa ensoñación que es ‘Mano de hierro’”, concluye.
Desarrollado por The Mediapro Studio, las grabaciones fueron realizadas en las zonas costeras de Barcelona, Girona y Lleida. Durante sus ocho episodios, se anticipa que abarcará temas como la ambición y venganza, dando paso a una cruda guerra por el poder. El nuevo título se suma a la extensa lista de originales del gigante streaming que exploran historias relacionadas con las drogas y el narcotráfico, como la popular franquicia de “Narcos”, la serie “El Chapo” y, más recientemente, “Griselda”, con Sofía Vergara. Este enfoque responde a la fascinación del público por las historias reales de crimen y poder y de los contextos sociopolíticos en los que operan estas redes criminales.
Chino Darín en Netflix
Con 35 años, Chino Darín es uno de los actores predilectos de Netflix, con quien se ha asociado para traer a la luz proyectos de diversos géneros. Entre ellos encontramos a “Era el cielo” (2016), un filme dramático y psicológico donde el intérprete asume el rol de Nestor, un trabajador de un vivero, que junto a su hermano Andrés (Álvaro Armand Ugón) asaltan a una mujer en su propia casa para abusar sexualmente de ella. El crudo relato explora la angustia y la culpa de la víctima tras el traumático evento.
Por otro lado, “La noche de 12 años” (2018) presenta una historia real de resistencia y esperanza; donde el argentino da vida a uno de los tres presos políticos uruguayos, que, durante la dictadura de los años 50, fueron sometidos a un calvario tras confinarlos en condiciones inhumanas en una celda por más de una década. La obra es un tributo a la resistencia de los prisioneros, y una impactante demostración del rango actoral del joven.
Finalmente, “El reino” (2021) es un entramado de tensión, poder y ambiciones en la esfera política española. El personaje de Darín es un político emergente envuelto en un escándalo de corrupción que sacude las estructuras del Gobierno. A medida que avanza la trama, se revelan las conexiones entre el crimen organizado, los funcionarios públicos y la Iglesia, poniendo en evidencia un problema sistémico que permea la sociedad.
En “Mano de hierro”, el Chino Darín es Víctor Julve, un personaje espanÞol, que, en la ficción, es el hombre en el que todos confían, pero del verdadero Víctor nadie debería fiarse. Para componerlo, como en otras ocasiones, tuvo que trabajar con el acento: “Creo que este va ser el uìltimo proyecto en el que lo haga. Lo padezco mucho y estoy filosoìficamente en contra. No le tengo miedo al acento, es parte de nuestro trabajo, pero siento que pierdo capacidades actorales, me cuesta maìs identificar las sutilezas y nosotros trabajamos con ellas. En ocasiones intento que el director permita que el personaje sea argentino”.