El cantante se suicidó el 5 de abril de 1994: su carta de despedida a su amigo invisible de la infancia.
Kurt Cobain se quitó la vida el 5 de abril de 1994, luego de dos intentos fallidos que había cometido en las semanas previas a su muerte.
Sumido en la dependencia de la heroína, el cantante de Nirvana transitaba una fuerte depresión y un deseo muy grande de dejar de vivir, siendo aún muy joven y con mucho camino por recorrer.
El músico tenía 27 años y su hija Frances Bean tenía solo 2 cuando tomó la drástica decisión. Había estado internado en el centro de rehabilitación Exodus Recovery Center, en el Daniel Freeman Marina Hospital, en California. Pero se escapó a Seattle, se encerró en su casa, escribió una nota dirigida a Boddah, su amigo imaginario de la infancia, apoyó su escopeta en su mandíbula y disparó.
En marzo de ese mismo año ya había intentado matarse cuando ingirió 50 pastillas de Rohypnol y le dejó una nota a su mujer, Courtney Love. “El doctor Baker dice que debo elegir entre la vida y la muerte. Elijo la muerte”, había escrito el músico. Pero llegaron a salvarlo.
Solo dos semanas más tarde, la policía impidió que se suicidara con una pistola calibre 38. Sin embargo, el 5 de abril, en su tercer intento, nadie pudo impedir que se quitara la vida. “¿Por qué no puedo disfrutar? ¡No lo sé! Tengo una mujer divina, llena de ambición y comprensión, y una hija que me recuerda mucho como había sido yo”, había escrito en la carta de despedida.
“Llena de amor y alegría, confía en todo el mundo porque para ella todo el mundo es bueno y cree que no le harán daño. Eso me asusta tanto que casi me inmoviliza. No puedo soportar la idea de que Frances se convierta en una rockera siniestra, miserable y autodestructiva como en lo que me he convertido yo. Por favor, Courtney, sigue adelante por Frances, por su vida que será mucho más feliz sin mí. Los quiero. ¡Los quiero!”, remarcó Kurt Cobain en el extenso escrito que dejó antes de tomar la drástica decisión.
Kurt Cobain comenzó a consumir heroína en busca de calmar los fuertes dolores abdominales que sufría y que no sabía a qué se debían. Pero el consumo se convirtió en adicción y dependencia de una sustancia muy peligrosa, que le provocó una severa depresión de la que no pudo salir. Su mujer, Courtney Love, también era adicta.
El legado a su hija Frances Bean
Frances Bean, la hija de ambos, nació con síndrome de abstinencia. Vivió con distintas familias porque su madre no estaba en condiciones de cuidarla. En 2006 inició su carrera como modelo, festejó sus 16 años con temática de suicidio y a los 18 heredó una gran fortuna que le había dejado su padre, alrededor de 450 millones de dólares, más los derechos por su imagen.
Se casó dos veces y pudo rehabilitarse de las drogas. Hoy prefiere mantener un perfil bajo y dedicarse al arte visual.