El especialista en política internacional Mariano Yakimavicius, habló en el programa La Barra de Casal para analizar el conflicto que sigue escalando en la llamada Franja de Gaza tras un reciente ataque de Israel a un hospital. Según las fuentes, Israel habría advertido previamente sobre la operación al detectar movimientos sospechosos en la zona, aunque esto no evitó un saldo trágico: alrededor de 20 civiles muertos, cifra que podría aumentar debido a la gravedad de los heridos, y la muerte de cinco periodistas.
El analista subrayó que este no es un conflicto entre Israel y los palestinos, sino entre el gobierno de Netanyahu y Hamas. Explicó que existe una relación de retroalimentación entre los sectores de extrema derecha israelíes y la organización terrorista, lo que ha permitido que Hamas se mantuviera como una amenaza constante y, a la vez, como una herramienta para cohesionar a la coalición de derecha que sostiene a Netanyahu. Hoy, las encuestas en Israel muestran que la mayoría de la población apoyaría un acuerdo que permitiera la devolución de los rehenes, tanto vivos como muertos. Sin embargo, los socios ultraderechistas de Netanyahu, como Itamar Ben-Gvir y Bezalel Smotrich, rechazan cualquier cese de fuego definitivo, ya que exigen la eliminación total de Hamas. Esto genera un callejón sin salida político que podría desembocar en el colapso del actual gobierno.
Según explicó Yakimavicius, la guerra comenzó con el secuestro de israelíes por parte de Hamas el 7 de octubre de 2023, pero el escenario actual se ha transformado. A su juicio, no solo la población de Gaza vive secuestrada por Hamas y las políticas israelíes, sino también el electorado israelí, atrapado en un esquema político donde Netanyahu alterna entre gestos hacia la paz y la profundización de la guerra.
En este contexto, la figura de los rehenes se convirtió en un elemento clave. Hasta el momento, Hamas mantiene en su poder a 50 personas, (20 vivas y 30 muertas). Las liberaciones parciales negociadas hasta ahora han servido para justificar la reanudación del conflicto tras cada tregua.
Al momento, el gobierno israelí ha endurecido las condiciones para un acuerdo: exige la liberación de todos los rehenes, el desarme de Hamas, la desmilitarización de Gaza bajo control israelí y la creación de una administración civil alternativa, ni palestina ni vinculada a Hamas. Estas exigencias, cada vez más gravosas, hacen prácticamente imposible una negociación.
Abriendo un poco más el panorama internacional, el analista se preguntó si Netanyahu podría sostener esta política sin el respaldo de Washington. En su opinión, el presidente Donald Trump apoya abiertamente la estrategia israelí, incluso con declaraciones públicas en las que justifica la ofensiva contra Hamas. Sin embargo, en medio del conflicto, la población civil sufre una catástrofe humanitaria: hambruna, desplazamientos masivos y más de 60.000 muertos en Gaza.
Mientras tanto, los líderes europeos expresan su indignación en el plano discursivo, buscando también responder a la presión de sus electorados, que critican duramente al gobierno israelí. Yakimavicius advirtió que lamentablemente esta situación está alimentando un antisemitismo creciente a nivel global, con consecuencias negativas para el propio Estado de Israel.