«La única forma de mantener o aumentar la cantidad de tambos es con una demanda externa»

Santa Fe ocupa un lugar central en la producción láctea argentina. Con el 35% de los tambos del país, la provincia lidera el sector, superando a otras grandes regiones como Córdoba y Buenos Aires. Sin embargo, esta posición privilegiada no la ha eximido de atravesar una de las peores crisis en la historia del sector lechero. Carlos De Lorenzi, director de Lechería de Santa Fe, habló en el programa Digamos Todo y detalló el contexto, las medidas implementadas y los retos actuales que enfrenta la actividad.

Según Carlos De Lorenzi, Santa Fe no solo es una de las principales provincias productoras de leche del país, sino que es la que más tambos concentra, con un 35% del total nacional. Este liderazgo tiene una fuerte raíz cultural y económica. La lechería no solo produce alimentos, sino que también genera arraigo en los pueblos y comunidades rurales. «Lo que genera la lechería, no lo genera otro sistema productivo agropecuario», afirmó De Lorenzi.

No obstante, en los últimos dos años, el sector experimentó un retroceso con el cierre de al menos 125 unidades productivas. Aunque las cifras pueden variar según las fuentes y registros, la realidad es innegable: hubo una caída significativa de tambos. El cierre de tambos en Santa Fe y el resto del país fue el resultado de una combinación de factores que afectaron severamente la competitividad del sector como la Crisis macroeconómica nacional, Políticas públicas desfavorables, como los programas de precios cuidados y el «dólar soja», la caída de los precios internacionales de la leche sumado a los tres años consecutivos de crisis climática o económica.

Estas condiciones generaron un contexto extremadamente complejo que derivó en el cierre de tambos, afectando especialmente a los pequeños y medianos productores. Según plantea De Lorenzi, desde el inicio de su gestión, el gobernador Maximiliano Pullaro y el ministro de Producción, Gustavo Puccini, adoptaron una postura clara: proteger y fortalecer la lechería santafesina.

Las medidas incluyeron líneas de financiamiento específicas para el sector lácteo, acompañamiento con capital de trabajo, políticas para mejorar la competitividad y promoción de la actividad mediante la quita de retenciones. Estas acciones fueron fundamentales para evitar un colapso mayor y permitieron cierta recuperación en un tiempo relativamente corto. De Lorenzi destacó que “esas líneas hicieron que muchas unidades productivas más no se cierren”. La eliminación de retenciones a las exportaciones fue un factor decisivo para que el sector experimentara una mejora sustancial. Según el funcionario, la demanda internacional existe, pero la clave está en que Argentina pueda ser competitiva para aprovecharla.

Con respecto al consumo interno, De Lorenzi explicó que la baja no se debe principalmente a la aparición de sustitutos (como bebidas vegetales), sino a una reestructuración de la canasta de consumo debido al poder adquisitivo de los hogares. Productos como el queso o la leche en polvo han visto una merma en sus ventas, ya que son considerados de mayor valor dentro de la dieta cotidiana. En respuesta a esta tendencia, el gobierno provincial está trabajando en una política activa para promover el consumo de lácteos y difundir sus beneficios nutricionales.

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