Dirigida por William Friedkin y con la notable actuación de Linda Blair, el filme se convirtió en un fenómeno cultural.
El 26 de diciembre de 1973, se estrenó una película que cambió para siempre el género del terror. El Exorcista, dirigida por William Friedkin y basada en la novela homónima de William Peter Blatty, se convirtió en un fenómeno cultural que sigue aterrando a las audiencias hasta el día de hoy.
La trama sigue la posesión demoníaca de Regan MacNeil, una niña de 12 años, y los desesperados intentos de su madre, Chris, y de dos sacerdotes, el padre Merrin y el padre Karras, por liberarla del mal que la consume. La película no solo ofreció escalofriantes escenas de posesión y exorcismo, sino que exploró temas más profundos como la fe, el bien y el mal, y la lucha entre la ciencia y lo sobrenatural.
Desde su estreno, El Exorcista dejó una marca imborrable en la cultura popular. Fue la primera película de terror nominada al premio Oscar a la Mejor Película, y su impacto no se limitó solo a la taquilla, sino que también influyó en generaciones de cineastas y cambió la forma en que se percibe el horror en el cine.
La impactante actuación de Linda Blair como Regan fue elogiada y premiada, aunque su papel desafiante y controversial generó cierta polémica en la sociedad de la época. La escena del giro de cabeza de Regan y sus diálogos poseídos se convirtieron en iconos del género y se replicaron en innumerables parodias y referencias a lo largo de los años.
La dirección de Friedkin y la escalofriante partitura de Mike Oldfield contribuyeron a crear una atmósfera de terror que aún resuena. La utilización de efectos prácticos, maquillaje y una banda sonora memorables demostraron ser elementos clave en el éxito y la longevidad de la película.
Pese al paso del tiempo, El Exorcista no perdió su capacidad para atemorizar. A pesar de los avances en la tecnología cinematográfica, la película sigue siendo considerada como una de las más aterradoras de todos los tiempos. Su legado se extendió a través de diversas adaptaciones, incluyendo secuelas, precuelas y una serie de televisión, pero ninguna pudo igualar el impacto de la obra original.
El filme también generó un debate sobre los límites del horror en el cine y la relación entre el arte y la moral. La Iglesia Católica expresó sus reservas sobre la representación del exorcismo, pero al mismo tiempo, la película atrajo a aquellos interesados en explorar los aspectos más oscuros de la espiritualidad.
A lo largo de estos 50 años,sus personajes y escenas icónicas siguen siendo objeto de estudio y homenajes, demostrando que el terror verdadero no necesita de efectos especiales exagerados, sino de una narrativa convincente y una ejecución magistral.
Una saga de maldiciones
“Hubo nueve muertes vinculadas con una película. “Algunas relacionadas de forma directa, como la del actor Jack MacGowran, a quien matan en la película (Burke Dennings), quien murió cuando terminó sus escenas”, recordó la actriz Ellen Burstyn.
Otro ejemplo fue el misterioso incendio de un set de grabación durante un fin de semana, cuando nadie estaba ahí, que paralizó la filmación durante unas seis semanas.
“En un período de 15 meses, por las leyes de las probabilidades, puedes esperar que pasen cosas. Pero en mis 32 años haciendo películas nunca se me había incendiado un plató“, indicó Terence Donelly, asistente de dirección.
“No pudieron encontrar ningún problema eléctrico, ni a un pirómano, ni cualquier razón con fundamento de por qué ocurrió”, dijo.
Fue tal el murmullo que se generó en torno a la película, con voces calificándola de maldita, que Friedkin le pidió al padre Thomas Bermingham exorcizar el estudio de grabación.