Sin dudas, hoy en día las nuevas generaciones están pidiendo un cambio profundo en el que se las escuche. Hablamos del lenguaje inclusivo, que utilizan aquellas personas que no se sienten identificadas como masculinos o femeninas
Por: Gerardo Scarcello
El cambio es inminente, como alguna vez se paso de hablar del TU al VOS, que hoy nos identifica en el mundo (como en algún otro lugar, y cito un ejemplo, la ciudad de Maracaibo en Venezuela, donde también se habla del VOS). Este cambio fue gradual y con el paso de los años se hizo parte de nuestra idiosincrasia.
Para algunos, que el lenguaje inclusivo se esté discutiendo desde México hasta Argentina y desde la UNAM hasta la Real Academia Española (RAE) es un éxito de una serie de movimientos que han hecho todo para hacer ver que hay algo extraño en la forma como desde el lenguaje se construye nuestra interpretación de la sociedad y los roles de género que de ella emanan.
Sin embargo, los hispanoparlantes les exigen a los lingüistas posicionarse frente a su objeto de estudio por una cuestión histórica: la RAE se fundó como una institución que reglamentaba el ‘correcto uso del Castellano. Por más de doscientos años, la RAE marcó reglas que tenían que cumplirse; el problema es que, hoy, la institución ya no prescribe, sólo describe.
Hoy, el país tiene también otro problema, ya que se debate la baja concurrencia de los y las adolescentes al nivel medio, pero esto es algo que no parece ocupar las grandes portadas.
La Argentina se caracterizó históricamente por tener un muy buen nivel educativo, y un alto porcentaje de egresados de los establecimientos educativos, tanto privados como públicos. Hoy en día, el tema que ocupa la mayoría de los portales de noticias, por una decisión que surge de la polémica disposición del Gobierno de la Ciudad de Bs As, es la de prohibir que se hable y escriba, y se confeccionen documentos de estudio con el lenguaje inclusivo, al menos en los establecimientos educativos del nivel secundario.
Una expresión que vale para este momento sería: ¡Argentina crecé de una vez!
Con esto quiero decir que los temas de mayor importancia, los serios problemas de base que tiene nuestra sociedad, no se tratan con la madurez que debiera, sea esta una opinión personal, porque no venden como aquellos que causan mayor impacto.
Si digo que salgamos a recuperar la vuelta al cole de aquellos jóvenes que dejan en el camino, esta idea será desplazada rápidamente; ahora si digo: Se prohíbe a partir de este momento en las escuelas secundarias hablar y escribir en lenguaje inclusivo, la revolución y los debates se multiplican por todas partes.
Los dos temas tienen su relevancia. Pero entre ellos, creo que en este momento de la Argentina, lograr que los chicos vuelvan a clases, y finalizar el ciclo de nivel medio, es una labor que cuesta más, y es un problema complejo para el futuro.
Yendo al tema, hacer que los jóvenes no dejen en el intento, ocupa a los gobernantes de turno diversas aristas. Si hay deserción escolar, puede ser porque: hay poca presencia y seguimiento de los padres que no conocen de cerca las conductas de los hijos. Puede ser producto de la falta de trabajo de los tutores. Otro factor al desgano puede estar marcada por una malnutrición. También es lógico pensar que las malas compañías y las drogas hayan metido la cuchara y tentado a muchos jóvenes a perderse en el consumo, o como una respuesta a la falta de recurso económico del hogar, hoy moneda corriente por la pobreza en la que está sumergido el país, con niveles que superan el 50%.
Debemos fijarnos como país la importancia que la educación tiene para el futuro próximo cercano, ya que nos haría una sociedad más previsible, nos encontraría mas como sociedad, nos haría más respetuosos los unos de los otros, y sin dudas, que todo comenzaría a cambiar en positivo, pero hasta que ese clic no ocurra, no será muy alentador.
Estas son las mediciones que nos arrojan los últimos años
La triste información que brinda el relevamiento del Ministerio de Educación de la Nación, indica que del total país, solo el 43,2 % de los y las jóvenes, finalizan el ciclo de nivel medio.
Y mas triste aun, es que Santa Fe -nuestra provincia, de la cual se ha dicho mucho y poco se hizo en los últimos años por la educación- ocupa un penoso lugar entre las provincias, teniendo la mayor deserción escolar del nivel secundario, pues tan solo finalizan el ciclo el 31.8 %, lo que representa menos de la tercera parte de los ingresantes.
Quiero hacer notar que las estadísticas que marcan estos resultados de deserción escolar fueron conseguidas tras una investigación realizada en el periodo 2014-2019, marcando que, de cada 100 ingresantes a primer año, solo 31 completaron el ciclo medio en Santa Fe.
Mientras los números dan fe de la penosa situación en la provincia en materia educativa, el país refleja que solo el 43,2 % de los estudiantes logra terminar. Un dato malo que significa que las cosas en los últimos años no se hicieron nada bien.