Durante el transcurso de la comisión, se recibió a trabajadores y trabajadoras de la Biblioteca Argentina “Dr. Juan Álvarez y a representantes del Colectivo Familias por la Salud y la Educación Pública. El encuentro se llevó a cabo en el Anexo “Alfredo Palacios” del Concejo Municipal. En modalidad virtual presidió Andrés Gimenez, de Unidad Ciudadana. En igual modalidad, participaron Ariel Cozzoni, de Unite, un Gol para Rosario, Mónica Ferrero, de Partido Socialista, Luz Olazagoitía, de Ciudad Futura-FSP, Germana Figueroa Casas, de de Juntos por el Cambio, Agapito Blanco, de Cambiemos y Alejandra Gómez Saenz, de Frente de Todos-PJ.
Reclamo del personal de la Biblioteca Argentina
En audiencia programada, se recibió a trabajadores y trabajadoras de la Biblioteca Argentina “Dr. Juan Álvarez quienes abordaron la situación por la que atraviesan y la preocupación por el futuro y continuidad de la misma.
La Biblioteca se sostiene con bibliotecarios quienes realizan la tarea esencial y es en este sentido, que la falta de incorporación de personal técnico y calificado afecta de manera negativa al funcionamiento de la misma. Expusieron que asisten a un continuo vaciamiento de la biblioteca, tanto de recursos económicos como de personal especializado.
Ricardo Gómez, bibliotecólogo y delegado gremial, compartió algunas de las situaciones específicas de cada sector así como de la falta de espacios físicos que se da. En particular, señala que hoy un ala, se ha ocupado con la Editora Municipal y no se sigue una planificación respetada de los distintos lugares.
Gabriela Saloj, del área desarrollo de colecciones, plantea que el presupuesto que se destina para compra de libros es impresentable. Todo lo que se ha gestionado es como donación, especialmente de autores o familiares de autores, que dan su obra o su biblioteca personal pero que no puede ser ofrecida al público ya que permanece en caja por la falta de personal que ordene, catalogue y realice los pasos necesarios.
En Hemeroteca, se plantea que existe una colección desorganizada, separada y embalada, producto de la obra realizada y que cuando se reanudó la Biblioteca, se cuenta con la mitad del personal anterior, por tanto hay una inmensa colección ( 130 mil ejemplares y todo el material de Naciones Unidas) que está guardada en depósitos internos y externos.
Se necesita personal con dedicación exclusiva para el reordenamiento. Es además, un trabajo pesado y copioso que hay que combinar con atención al público y servicio de información virtual. Esta sección, por la calidad de su material, es consultada por el sistema judicial, investigadores y estudiantes de postgrados. Actualmente, muchas de estas demandas quedan sin poder responder por todas las razones que se mencionan.
Gómez, precisó además que la Biblioteca está funcionando de un modo precario, en algunos espacios hay solo una persona. Es decir, si falta ese trabajador, no se puede brindar ese día el servicio pues no hay quien lo reemplace. El taller de encuadernación, encargado del mantenimiento de los materiales bibliográficos, algo elemental para la institución, está cerrado desde el año 2015 y ha sido desmantelado. No tienen organigrama y ante el vaciamiento de la parte profesional, se corre el riesgo de perder el sentido y transformarse en un centro cultural, perdiendo la pata bibliotecológica.
También, Karina Zeni, vicepresidente de la Asociación de Bibliotecarios expresó su preocupación por la falta de creación de cargos de bibliotecarios desde ya hace muchos años.
Familias por la Salud y la Educación Públicas
En la segunda parte de la comisión, se recibió a representantes del Colectivo Familias por la Salud y la Educación Pública quienes expresan su preocupación por el reclamo a rajatabla de colectivos similares, del sostenimiento de la presencialidad en las escuelas que deja de lado, la gran cantidad de contagios así como la situación de saturación del sistema de salud.
Manifiestan su preocupación como familias y proponen alternativas para pensar acciones que contemplen distintas miradas sobre el problema de la educación en pandemia y que contribuya a dejar de lado la falsa dicotomía presencialidad o virtualidad.
Sostienen su derecho a cuidar a su familia y a tener la opción de poder decidir enviar o no a sus hijos a las clases sin que ello ocasione un perjuicio o sean objeto de alguna presión, planteando un sistema de Presencialidad Optativa, en el cual las familias que desean cuidarse, tengan la posibilidad de resolver libremente el envío o no a la escuela.
Proponen también la creación de una Mesa Sectorial (que incluya sindicatos, especialistas en educación, docentes, Estado y familias) para construir ideas, generar propuestas, hacer seguimiento y brindar herramientas que garanticen el derecho a la educación.
Buscar estrategias para garantizar a quien lo necesite, el acceso a la virtualidad, proveyendo la conectividad y los elementos o herramientas tecnológicas que se necesiten tanto para los establecimientos educativos como para las familias que no cuenten con los mismos, para que la opción de optar por la no presencialidad sea accesible a más familias.
Finalmente, señalan la posibilidad de disponer de recursos humanos necesarios para realizar un seguimiento educativo personalizado y presencial, con docentes remplazantes, para acompañar a quienes necesitan realizar un trayecto más específico para no perder el vinculo educativo con la escuela.