Gonzalo, ex pareja de María Florencia la peluquera que fue asesinada en Empalme Graneros el sábado pasado, habló en el programa La Barra de Casal aún consternado por el dolor que le genera la pérdida de su ex esposa, compañera y madre de sus hijos Martín y Jazmín. «Nosotros nos separamos por cuestiones de la vida, se termina el amor físico por así decirlo, pero no la relación. Nosotros hablábamos seguido porque seguíamos siendo una familia».
A los tres años de relación se convirtieron en padres: Martín, el mayor, hoy tiene 16 años y Jazmín 13. Durante gran parte de la crianza, Gonzalo trabajaba para sostener el hogar mientras Florencia, apasionada por la peluquería, hacía trabajos esporádicos y atendía a amigas y conocidas. Tras la separación, ella retomó la actividad de manera más constante. Gonzalo por su parte desarrolló su carrera en el área de la salud y desde hace 12 años trabaja como enfermero en los hospitales Vilela y Provincial. Aunque hace casi siete años que no eran pareja, mantenían una relación cordial y colaborativa, especialmente por sus hijos.
Gonzalo relató que se enteró de la tragedia mientras manejaba, cuando vecinas lo llamaron para avisarle que su hijo y Florencia habían tenido un accidente. Llegó al lugar en cinco minutos, pero la escena fue devastadora. Según su experiencia profesional, Florencia ya no mostraba signos vitales cuando él llegó, aunque los equipos médicos intentaron reanimarla durante 40 minutos. Su hijo Martín, herido, fue trasladado en otra ambulancia y actualmente está fuera de peligro físico, aunque profundamente afectado emocionalmente.
La ex pareja de la fatal víctima dijo que en el barrio siempre hubo violencia en el barrio, aunque ellos no habían tenido mayores incidentes hasta que en el año 2019 sufrieron un robo en la casa de Florencia en donde le sustrajeron muchas cosas. También se refirió a un grupo de vecinos problemáticos frente adonde vivía Florencia y sus hijos destacando que se hicieron muchas denuncias pero nunca hubo ningún allanamiento. «En la casa de enfrente siempre eran cuatro o cinco personas conviviendo, que se agarraban a las piñas entre ellos, se drogaban, se escuchaban gritos, que se peleaban con la abuela, con la hija, con el hijo y tienen como 50 denuncias de todos los vecinos».
Esa casa que Gonzalo remarca como problemática había sido baleada un día antes de que ocurriera el crimen de María Florencia. Finalmente y con respecto a la venta de drogas en la zona, Gonzalo naturalizó el tema diciendo que todo el mundo sabe donde se vende, «antes iban a comprar donde estaban los pumitas, atrás de la canchita y a nosotros no nos molestaban. Ahora como que se vino más por el lado de Juan José Paso. Como que ya no hace falta que sea ni un pasillo, ni una vivienda precaria, ni nada por el estilo, sino que ya se manejan donde quieren».