Por Marcelo Maricich
Lo afirmó en diálogo con LT3 Juan Pablo Accursi, papá de Lorenzo, un bebé de un año y medio que se encuentra en emergencia nacional a la espera de un trasplante de corazón.
Relató que al pequeño le detectaron la enfermedad al quinto mes de gestación de su esposa. Detalló que ya le realizaron 3 cirugías y que en el último control los médicos les señalaron que la cardiopatía había “avanzado y la situación era irreversible”.
Juan Pablo describió que debieron modificar toda su vida e instalarse en Buenos Aires, ya que para el cuadro de salud que atraviesa su hijo no hay alta complejidad en el interior del país.
Sostuvo que cuando el pequeño entró en lista de espera iniciaron una campaña para concientizar sobre la importancia de la donación pediátrica. Remarcó que existe una diferencia con la denominada ley Justina que establece que todas las personas mayores de 18 años son donantes, salvo expresa decisión en contrario.
Admitió que “en el caso de los pediátricos, la decisión se toma en el momento más duro para los padres”.
Y planteó pensar la situación de antemano. “Creo que si a alguien le planteamos que le podés dar la posibilidad de seguir viviendo a otras siete personas, nadie se puede negar”, sostuvo Juan Pablo.