Nadia Boscarol de la Fundación Humedales habló en el programa La Barra de Casal y se refirió al estudio que realizaron desde la institución en donde relevaron a través de imágenes satelitales, 9 mil kilómetros de terraplenes construidos sobre el delta del Paraná. El informe presentado indica que el 14% del humedal tiene construidos diques artificiales para modificar el curso del agua para favorecer la ganadería o la construcción de barrios privados.
«Hay dos corrientes con mayor responsabilidad en el tema este de los endicamientos. Por un lado, lo que es en el Delta Norte, digamos, entre Rosario y Victoria, que son para actividades agropecuarias. En particular por eso nosotros hicimos en 2010 el primer análisis, que fue con el boom de la soja. ¿Qué pasó? Todas las tierras altas se destinaron a cultivo de soja, desplazando el ganado. ¿A dónde? A las tierras baratas que estaban básicamente en la zona de Isla» expresó Boscarol quien destacó que la zona históricamente era ganadera, «pero que al intensificar la actividad generó que se quiera convertir un terreno inundable en terreno seco para poder tener un sitio completo de cría de ganado. Por eso mismo los productores hacen estos terraplenes que son conflictivos para los vecinos.
Con respecto al tema barrios privados, Boscarol dijo que eso «ya es la otra corriente, que es más al sur, sobre todo lo que son la cuenca de Millán-Buenos Aires, de Luján, toda esta zona que ha sido tomada, de alguna manera, para la construcción de barrios privados. Ahí es alarmante la superficie que se ha ocupado de estas cuencas. El caso más conocido por ahí, siendo unos años atrás, ha sido el de las inundaciones de la ciudad de Luján, donde hubo un barrio privado que se hizo con un permiso previo, precario, digamos y que ocupa la mitad de la planicie de inundación del río».
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