La tasa de interés que la Argentina paga al FMI subió del 7,1% al 8,2%, encareciendo aún más la deuda soberana.
En lo que va del año, la tasa de interés que la Argentina paga al FMI subió del 7,1% al 8,2%, encareciendo aún más la deuda soberana, al elevar la cuenta total de intereses a más de US$ 3.200 millones anuales.
Así surge de un reporte elaborado por la Oficina de Presupuesto del Congreso, el cual le adjudica responsabilidad de la suba al incremento en las tasas internacionales.
De esa forma, los intereses de la deuda ya equivalen al presupuesto por AUH, salario familiar, políticas alimentarias y Potenciar Trabajo.
De acuerdo con el comportamiento de la economía global, pagos de intereses de la deuda es el rubro que más viene subiendo en el Presupuesto Nacional y equivale a lo que el Gobierno gasta en la Asignación Universal por Hijo, los planes Potenciar Trabajo, políticas alimentarias y Asignaciones Familiares.
Al 30 de septiembre último, los intereses de la deuda sumaron $2,3 billones, lo cual arrojó un crecimiento real por encima de la inflación, del 11,5%, “explicado principalmente por los mayores pagos de intereses por los préstamos del exterior, en un contexto de suba de tasas de interés internacionales. Los pagos al FMI acumularon $514.921 millones en el año”.
Planes sociales
En tanto, los pagos de la Asignación Universal por Hijo (AUH) totalizaron $483.872 millones, una caída real del 14,4%.
Las Asignaciones Familiares de trabajadores y jubilados sumaron $ 580.230 millones, un retroceso del 35,6%. Los planes Potenciar Trabajo acumularon en 9 meses un total de $ 662.952 millones, una caída real del 1,6%. Y el ítem Políticas Alimentarias sumó $480.272 millones, una baja del 6,2%.
Estos cuatro rubros, vinculados a las políticas o gasto social, suman $2.207.326 millones versus $2.300.638 millones de intereses. Solo los pagos de intereses al FMI superan lo pagado por la AUH.
El Informe de la OPC advierte que “las prestaciones sociales ($ 12.116.485 millones) mostraron una variación negativa, acumulando una caída de 7,1% en el tercer trimestre de 2023″.
Además, observó reducciones en las jubilaciones y pensiones (-3,5%), en las asignaciones familiares (-27,4%) y en los programas sociales (-12,6%). Por otra parte, se evidenció una suba en las pensiones no contributivas (4%).
En lo que respecta a las jubilaciones y pensiones, los que no recibieron ningún bono tuvieron una pérdida fuerte frente a la inflación, que se suma lo que perdieron en 2020, 2021 y 2022.
Según la OPC, en estos primeros nueve meses, “la caída del gasto previsional se explicó principalmente por la brecha entre la actualización de los haberes ajustados por la fórmula de movilidad y la inflación.
Para los jubilados de más bajos ingresos, la caída se atenúa por la aplicación de bonos ($10.000 en enero y febrero, $15.000 entre marzo y junio, $17.000 en julio, $20.000 en agosto y $37.000 en septiembre”.
“Descontando los gastos destinados al pago de los bonos, la caída del gasto en jubilaciones y pensiones es de 7,8% interanual. Los haberes actualizados únicamente por la fórmula de movilidad (no alcanzados por los bonos) mostraron una reducción del poder de compra de 13,8% interanual al tercer trimestre de 2023, mientras que los haberes mínimos prácticamente equipararon la inflación (0,5%).