Escrito por LT3
La obra ganadora, de Florencia Ines Meucci y Manuel Cucurell, comenzará a tomar forma el próximo domingo 21 de julio, a las 10 hs, con una performance como punto destacado del proceso de concreción para sus coloridos silos
La fachada del Museo de Arte Contemporáneo de Rosario (Macro), desde hace más de una década, se prepara periódicamente para lucir una nueva imagen y cambiar un destacado sector del paisaje rosarino. Sus silos coloridos se pueden observar desde distintos puntos de interés turístico y se convirtieron en un lienzo urbano en constante transformación, donde artistas de todo el país dejan su huella, por concurso, a través de propuestas innovadoras y creativas.
Durante el próximo domingo 21 de julio desde las 10 hs., Florencia Meucci y Manuel Cuccurell, creadores de la obra, realizarán una performance como punto destacado del proceso de concreción. La actividad se suspende por lluvia. En esta ocasión, “Paint’s not Dead” se destaca por su llamativo color rosa y su técnica de pintura que simula un veteado sobre la superficie, una propuesta que combina la esencia de los métodos clásicos con una mirada moderna sobre el arte y las vanguardias.
La obra se lleva a cabo en dos etapas: Registro de la obra: tareas de impermeabilización y fondeo, seguidas de la aplicación de una base de pintura sobre toda la superficie; y Chorreado: a partir del 21 de julio a las 10 horas se aplicará la técnica de chorreado para dar vida al diseño ganador, impregnando la fachada del Macro en color rosa y su característico veteado.
Como un ícono cultural de la ciudad, la pintura exterior del Macro trascendió su función estética para convertirse en un ícono cultural de la ciudad de Rosario. Su imagen se puede ver plasmada en postales, cuadernos, stickers, entre otros soportes y estampas. De esta manera, se convirtió en un símbolo artístico de la ciudad.
Esta iniciativa es posible gracias al trabajo conjunto de las Secretarías de Obras y Planeamiento y de Cultura y Educación de la Municipalidad de Rosario y la empresa Tersuave, que desde hace más de 10 años unen esfuerzos para mantener viva la llama del arte en la ciudad.
La comunidad local y los visitantes están invitados a presenciar el proceso de transformación de la fachada del Macro y a ser testigos del nacimiento de una nueva obra de arte que dejará huella en el paisaje urbano.
Sobre el concurso
El concurso para el diseño de la pintura exterior del Macro es un clásico local que convoca a artistas de todo el país. En la edición 2023 se recibieron más de 300 propuestas, lo que demuestra el gran interés que despierta esta iniciativa.
El jurado, compuesto por destacados referentes del arte contemporáneo, seleccionó “Paint’s not Dead” por su propuesta innovadora y acorde a la identidad del museo.
Desde su inauguración en 2004, la fachada del Macro fue intervenida por cuatro artistas distintos:
• 2004. Proyecto de la arquitecta Cintia Prieto.
• 2010. Diseño del trabajador portuario Martín Marcos Agüero.
• 2017. Propuesta de los arquitectos Ezequiel Dicristófaro, Juan Maurino y Maite Pérez Pereyra.
• 2024. “Paint’s not Dead” de Florencia Ines Meucci y Manuel Cucurell (próxima a inaugurarse).
La pintura exterior del Macro tiene un carácter de obra efímera, lo que significa que cada intervención tiene una vida útil limitada. Esto se debe a las condiciones climáticas a las que está expuesta la fachada, que pueden afectar la durabilidad de la pintura.
Conservación y promoción del arte de Rosario
El Museo de Arte Contemporáneo de Rosario (MACRo) es un museo de arte que depende del Museo Municipal de Bellas Artes Juan B. Castagnino. Ubicado en la intersección del Boulevard Oroño y el río Paraná en lo que fuera un silo de una ex zona portuaria de la ciudad llamado Silo Davis. El edificio fue proyectado por Ermete de Lorenzi (1900-1971), uno de los más importantes arquitectos rosarinos del siglo XX. La institución pone énfasis en la conservación, documentación y catalogación de su patrimonio.
Pero, además, en la promoción del arte rosarino y en la incorporación de obras contemporáneas de las más diversas regiones del país, mediante un plan de adquisiciones destinado a tal fin. Su patrimonio es, al día de hoy, la colección de arte contemporáneo argentino más importante del país, con obras de artistas como Nicola Constantino, Marcos López, Marta Minujín, Marcelo Pombo, León Ferrari y de grupos como Tucumán Arde, entre otros.
Este anexo del Museo Castagnino nació como consecuencia de la formación de una importante colección, cuya historia comienza por una iniciativa de la Fundación Antorchas, que aceptó donar 27 obras que habían sido seleccionadas por el director del MALBA (Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires) Marcelo Pacheco, si se conformaba una gran colección de arte argentino.
La Municipalidad de Rosario y la Fundación Museo Castagnino, junto con empresas y particulares, consiguieron reunir los fondos necesarios para el financiamiento del proyecto. Simultáneamente desde finales del siglo xx se viene realizando una importante intervención en la costa central de la ciudad de Rosario como consecuencia del traslado de las actividades portuarias que allí se desarrollaban.
Entre los edificios considerados con valores históricos en esta ex zona portuaria se encontraba el denominado Silo Davis, que fue seleccionado para albergar el nuevo museo de arte contemporáneo. El Museo funciona en lo que fue una planta de acopio de granos a orillas del río Paraná. En la primera etapa se habilitaron 970 metros cuadrados correspondientes a los diez pisos donde funcionaban las oficinas y un corredor amplio que corona los silos a la altura de la séptima planta.
Para una segunda etapa está previsto el reciclado de los ocho cilindros, de 7,5 metros de diámetro cada uno. El proyecto fue realizado por la Dirección de Proyectos Urbanos de la Secretaría de Planeamiento de la Municipalidad de Rosario. Se buscó preservar íntegramente el edificio, exaltando las características propias del hormigón, acentuando la austeridad como valor y manteniendo la estructura a la vista. El museo cuenta con todos los servicios y posee externamente un ascensor vidriado, que permite acceder a sorprendentes vistas de la ciudad y las islas.