Así lo advirtió en diálogo con LT 3 la doctora Mariana de Virgilis, coordinadora del equipo de neuro oftalmología del Hospital Universitario Austral.
La profesional indicó que el virus de estas enfermedades, que una persona puede haber desarrollado en su niñez, se aloja en algún lugar del cuerpo y que con el correr de los años puede volver a activarse, por estrés, diabetes o cualquier otro cuadro, y provocar una parálisis facial. Esa parálisis facial, al no poder cerrar bien el ojo y no lubricar correctamente puede derivar en serias lesiones oculares.
Sin embargo, explicó que puede generar otros síntomas igual de peligrosos principalmente en los ojos y los oídos.