El Gobierno responde a las críticas del kirchnerismo en una interna que aumenta día a día camino a las elecciones, aunque aclaran que Alberto Fernández “está preocupado en gobernar”.
La interna del Frente de Todos levanta temperatura camino a las elecciones presidenciales que tendrán lugar el corriente año. Tras los constantes cuestionamientos de La Cámpora contra el mandatario Alberto Fernández, desde Casa Rosada le bajaron el precio a la agrupación que conduce Máximo Kirchner al precisar que no tiene tanta incidencia en el Gobierno.
“El Presidente está preocupado por gobernar”, respondió la vocera presidencial, Gabriela Cerruti, en conferencia de prensa y evitó así hablar de las críticas que lanzó la vicepresidenta Cristina Kirchner desde Río Negro.
A pesar de las intenciones de Cerruti de evadir la tensión en el oficialismo, una fuente del entorno del jefe de Estado desestimó los permanentes cuestionamientos del diputado al expresar que “no incide mucho lo que diga ahora” en la gestión.
No es la primera persona que responde al mandatario en caracterizar de esa forma a La Cámpora. El ministro de Seguridad, Aníbal Fernández, uno de los más leales al Presidente, chicaneó en varias ocasiones a los lideres camporistas. “¿De qué trabaja Máximo?”, se preguntó, menospreciando al hijo de la exmandataria.
En la misma línea, continuó: “No sé cuántas horas trabaja ni qué hace, nunca lo supe”, y expresó además que no considera que “tenga una estatura política tan importante como para darle consejos al peronismo”.
No es el único alfil del albertismo en opinar en esa perspectiva, una alta fuente del círculo rojo reveló a NA que el Frente de Todos se forjó como un instrumento electoral y político que apostó a “superar lo que había sido el ocaso de la hegemonía kirchnerista”, luego de que la propia ex mandataria perdiera las elecciones legislativas en 2017.
“Hay compañeros que se niegan a ese paso histórico”, apuntaron ante los reiterados dardos que envían Kirchner y el dirigente camporista Andrés “Cuervo” Larroque, y diagnosticaron una crisis de conducción en el oficialismo que data del 2013, cuando el ahora ministro de Economía- y titular del Frente Renovador, Sergio Massa, ganó las legislativas por fuera del oficialismo de aquel momento.
Es que según precisan sus propios integrantes, no todos en el Frente de Todos se siente representado por la vicepresidenta, pero los que sí lo hacen, cuestionan todo lo que quede por fuera. “Tiene el liderazgo más claro y contundente”, enfatizó Larroque sobre la exmandataria al tiempo que acusó al Presidente de “no honrar” el acuerdo con el kirchnerismo cuando fue electo candidato.
A los dardos de Larroque se sumó la crítica de Máximo Kirchner respecto a la renegociación de las metas con el Fondo Monetario Internacional (FMI) que llevó adelante Massa. Lo hizo ante un plenario de miles de militantes desde donde pidió que el Gobierno “se plante y renegocie el acuerdo”.
Consultada sobre el tema, la portavoz presidencial, en sintonía con lo que suele declarar públicamente Alberto Fernández, evitó responder sobre los cuestionamientos internas, y solo se limitó a decir que “el Presidente está preocupado en gobernar”.
“En estas conferencias no se responde sobre internas políticas. Eso se responde en el ámbito de la política”, señaló en la rueda de prensa habitual de los jueves, y completó: “El presidente está preocupado en gobernar. Su preocupación central en este momento es gobernar, es llevar tranquilidad a los hogares argentinos, que mejore la economía, que siga el crecimiento”.
Para las PASO aún restan algunos meses y si bien hay algunos nombres oficializados, falta definir quiénes correrán por el oficialismo y qué mecanismos utilizarán para dirimir estrategias. A contramano de lo que deslizan los funcionarios que responden a Cristina Kirchner, desde el albertismo aseguran que a pesar de las críticas cruzadas no hay riesgo de ruptura.