Escrito por LT3
En el film que llega el jueves a los cines, director neoyorkino recrea, en una experiencia cinematográfica de más de tres horas de duración, a la organización de un grupo de hombres blancos en Oklahoma que busca quedarse con las tierras y el dinero de la explotación petrolera que les pertenece legalmente a los habitantes originarios de la región.
“Los asesinos de la luna” es la nueva película de Martin Scorsese, protagonizada por Leonardo DiCaprio y Robert De Niro, que estrena este jueves 19 de octubre en los cines de la ciudad. Producida por Apple Original Films, el film, es la adaptación de un libro del autor anglosajón David Grann. La historia transcurre en la década de 1920 en Oklahoma, narrando los asesinatos de integrantes de la Nación Osage (pueblo originario de Estados Unidos) cuando las tierras comienzan a ser explotadas para la industria del petróleo. El director, recrea la organización de un grupo de hombres blancos que busca quedarse con esas tierras y el dinero de la explotación, que le pertenece legalmente a los habitantes originarios de la región.
A lo largo de casi tres horas y media, el legendario realizador neoyorkino lleva su relato hasta la Oklahoma de los años veinte para contar la tragedia de los Osage, un pueblo indio que se hizo millonario gracias al petróleo de sus tierras. Lógicamente, la opulencia de los nativos americanos generó recelo en unos blancos que hicieron de todo lo imaginable para que esa tierra millonaria volviera a ellos sin levantar las sospechas de la ley. Una historia real que salió a la luz como uno de los primeros grandes trabajos del, por entonces, recién creado FBI.
Se trata de una de las películas más esperadas del año, por lo que todo apunta a que se convertirá en una fuerte contendiente de la próxima edición de los Premios Oscars en el año 2024. Con su título original, “Killers of the Flower Moon”, convoca en la pantalla grande a los dos actores con los que el realizador ha trabajado más veces en su aclamada carrera: Robert De Niro y Leonardo DiCaprio. El film fue estrenado en el prestigioso festival de Cannes, el pasado 20 de mayo del corriente año dónde fue recibido con vastas aclamaciones por parte de los críticos y el público concurrente del festival francés.
Sin ser un dato menor, el director ha trabajado 10 veces con el avezado Robert De Niro, convirtiéndose en una dupla de gran predominancia en el cine de Hollywood. Juntos crearon los mundos de inolvidables clásicos como: “Taxi Driver”, “Buenos Muchachos”, “Casino” y “Toro Salvaje”; entre otros títulos. En el caso de Leonardo DiCaprio, ha colaborado con el cineasta en 5 ocasiones, transformando al actor en uno de los más importantes de su generación. Las películas que notan la presencia de ambos parten desde “El Lobo de Wall Street” a “El Aviador” y también “Pandillas de Nueva York”. Ambos actores coincidieron únicamente en tres proyectos fílmicos: “La Audición”, “El Enemigo” y “Los Asesinos de la Luna”.
Robert De Niro le da vida a William Hale, un patriarca que es todo sonrisas y confraternidad, pero esconde varias hileras de afilados dientes criminales, ejemplar extremo del capitalismo a cualquier costo. Leonardo DiCaprio, el protagonista y quien aporta el principal punto de vista de la historia, es Ernest Burkhart, un hombre que acaba de regresar de la Gran Guerra y se afinca en las tierras regenteadas por su tío William. Un personaje crecientemente frágil y manipulable, un simple peón digitado por fuerzas a las cuales se somete sin fisuras.
Lily Gladstone es Mollie Burkhart, una entre varias hermanas de una familia perteneciente al antiguo pueblo Osage, que se transforma en la esposa de Ernest y comienza a ver cómo su clan se extingue lenta pero inexorablemente. En su última película, el realizador neoyorquino, que está a punto de cumplir los 81 años, no conjura las alianzas de una familia de mafiosos italoamericanos o los conflictos de una pandilla de gánsteres de origen irlandés.
Inspirada en el libro de David Grann que, a su vez, escarba en hechos reales ocurridos en los años 20 en Osage County, “Los asesinos de la luna” es un relato extenso, que se anticipa complejo en términos históricos y humanos, al mismo tiempo épico e íntimo, que descree del frenetismo presente en muchos de los films del director de “El lobo de Wolf Street”. A cambio, despliega sin apuros, pero con firmeza varias líneas narrativas paralelas que se entrecruzan y chocan para, finalmente, convertirse en un único torrente enfurecido en los tramos finales.
Martin Scorsese afirma que le intrigó el nombre del libro de Grann, que es acompañado por el siguiente subtítulo: “Los asesinatos de los Osage y el nacimiento del FBI”: “Siempre quise hacer un western, pero nunca lo hice. Amaba muchos de los westerns que veía cuando era chico y aún los amo. Eso incluye los films de Roy Rogers, que eran hechos esencialmente para un público infantil, y los más complejos que surgieron en los años 40 y 50. Solían resonar más en mí aquellos westerns construidos alrededor de la mitología del Salvaje Oeste, los mitos culturales, que los psicológicos. Pero lo importante a la hora de conocer la historia del cine no es perpetuar o repetir, sino inspirarse y evolucionar”.
“Los asesinos de la luna” no es un western, pero varios elementos de la historia y más de un componente iconográfico remiten a ese universo. La trama fue escrita junto al prestigioso guionista Eric Roth y, respecto de ese trabajo de reelaboración del texto de investigación de Grann, Scorsese recuerda que “queríamos bucear, explorar, y ver qué tipo de película podíamos hacer. Desde 2017 a 2020, mientras filmábamos “El irlandés”, analizamos cada aspecto de la historia desde el punto de vista del FBI, del agente Tom White, que fue quien resolvió el caso en la vida real”.
“Killer of the Flower Moon” promete destacarse por su diseño de producción y las actuaciones de De Niro y DiCaprio. Ambos actores ofrecen interpretaciones matizadas que añaden profundidad a sus personajes y a la historia en general. El elenco se completa con Jesse Plemons, Tantoo Cardinal, John Lithgow, Brendan Fraser, Cara Jade Myers, JaNae Collins, Jillian Dion, William Belleau, Louis Cancelmi, Tatanka Means, Michael Abbot Jr., Pat Healy, Scott Shepard, Jason Isbell y Sturgill Simpson, entre otros.
Scorsese, De Niro y Di Caprio y su relación con la Argentina
La visita más reciente a Argentina fue por parte de Robert De Niro cuando, en mayo del año 2022, visitó Buenos Aires para rodar la serie “Nada” protagonizada por Luis Brandoni, la ficción gastronómica de cinco episodios, creada por la dupla de Mariano Cohn y Gastón Duprat, que puede verse en la plataforma Star+. La presencia de De Niro, añadió a la ficción, una dimensión internacional a esta producción al dar vida a Vincent, un amigo escritor del protagonista. Tal fue el éxito de su paso por nuestro país que, incluso, en redes sociales se viralizó un fragmento del actor explicando la diferencia entre dos populares agravios utilizados en la cotidianidad del argentino.
Por su parte, en el año 2015 Leonardo DiCaprio visitó a la Argentina con fines laborales, para filmar “El Renacido” del director mexicano Alejandro Iñárritu. Película que le valió su primer Oscar como actor principal. La misma fue filmada en Ushuaia, a tres kilómetros del centro de la ciudad meridional. La conexión de Scorsese con nuestro país también ha sido de carácter profesional, ya que ha producido “La Tercera Orilla” de Celina Murga. Por segunda vez, producirá otra obra de la misma realizadora: “El Aroma a Pasto recién Cortado” que será protagonizada por Joaquín Furriel y la mexicana Marina de Tavira y con fecha de estreno sin confirmar para el año 2024.
Al igual que “El irlandés”, esta última película de Martin Scorsese, “es una producción de una plataforma de streaming. Sin embargo, si Netflix estrenó de manera limitada “El irlandés” en cines y no tardó en ponerla en su plataforma, Apple Tv hará algo bastante distinto. La compañía de streaming de la célebre marca tecnológica es bastante potente en Estados Unidos, pero en otros países, su presencia es casi testimonial, por lo que no se descarta que quiera apostar por una carrera cinematográfica más extensa y tradicional. Por lo tanto, aun no hay una fecha estimada de estreno en la plataforma. Por lo pronto, “Los asesinos de la luna”, llega a las salas de cine este jueves 19 de octubre.
La sombría historia real de “Los asesinos de la luna”
Los Osage eran una nación indígena de Oklahoma que tuvieron relativa suerte tras el genocidio indio. Resultó que las tierras que les devolvieron en compensación estaban cargadas de petróleo. Esto convirtió esta pequeña población india en el lugar con mayor renta per cápita del mundo y también hizo que su estilo de vida fuese radicalmente distinto. Los Osage dejaron de trabajar al vivir de las rentas de su petróleo, por lo que llenaron su población de hombres blancos que acudían al lugar tras la Guerra en busca de trabajo. Así, médicos, camareros, obreros, ladrones, chóferes y demás se congregaron en torno a dinero de unos Osage que necesitan, al fin y al cabo, alguien que los sirviera.
Estos hombres no tardaron en ganarse los favores de algunas de las mujeres indias, con las que se casaban obteniendo así su estatus en cuanto a economía y también herencia. Este es el caso del protagonista que encarna Leonardo DiCaprio, que pasa de chófer a mantenido de su jefa tras su casamiento. El problema es que la ambición de los blancos no se quedó en casarse con alguna india y obtener su estatus. No, en las sombras, todo empleado de oficina, banco, clínica u obra ansiaba que su comunidad le arrebatase a los Osage lo que les había regalado su tierra ancestral.
Los Osage eran pocos y las comidas de blancos les hacían enfermar y morir jóvenes de diabetes y demás enfermedades. Su estilo de vida dado al ocio y sin responsabilidades también creaba mucha adicción al alcohol y tendencias depresivas. Parecía que solo había que dar unos cuantos empujoncitos en la dirección adecuada para que los Osage desaparecieran y la Tierra cargada del petróleo volviese a los blancos. Y más rápido que con los casamientos y el mestizaje.
Ahí es donde entra el personaje de Robert De Niro, un gigante de la ganadería de la localidad llamado William K. Hale. Aunque la película cuenta los hechos de forma cronológica, para la historia real tenemos que pasar directamente a las investigaciones del FBI. Aunque hubo numerosos asesinatos sin resolver, muchos en circunstancias más que dudosas, la película se centra en Lizzie, su muerte y la de tres de sus cuatro hijas. Algo que dejó a Mollie, casada con el sobrino de Hale, como la única heredera de una gran fortuna combinada.
Dos muertes por enfermedad, otro misterioso asesinato y nada menos que una bomba, hicieron que el gobierno ya no pudiese mirar para otro lado. Solo la intervención del FBI logró esclarecer algo que tenía también compinchados a la policía local y a los médicos/forenses de la zona. La insistencia de Hale en cobrar 25.000 dólares de una policía por la que había asegurado a otro Osage asesinado dejaba muy claro que este respetado miembro de la comunidad parecía estar detrás de todo. El asesinato de decenas de Osage no tuvo la contundencia de la masacre afroamericana de Tulsa.
Estuvo repartido en el tiempo, y hubo muertes de todo tipo con, probablemente, diversos culpables. Sin embargo, ambos tenían el mismo carácter de eliminar a una raza distinta a la blanca por la envidia de esta al haber conseguido crear una sociedad fructífera. Hale y algunos de sus aliados acabaron en la cárcel algunos años, aunque todos vivieron para morir en paz fuera de barrotes. Pese a la perspicacia demostrada por el FBI, lo cierto es que estos “culpables” eran solo la punta del iceberg de toda una comunidad culpable, y por tanto había poco que perseguir y poca justicia culpable.
Así, la masacre envidiosa de los Osage ha quedado como ejemplo de tragedia del pueblo indio americano, y también como una muestra más de que el cuento del liberalismo, del sueño americano, está amañado siempre para los mismos. Scorsese, con esta película, le hace un poco de justicia no solo a su poco conocida pero fundamental historia sino también repara un poco la eterna deuda que el cine americano tiene con los indios.