El líder de Queen dejó un inmenso legado en el mundo de la música.
Freddie Mercury fue uno de los artistas más icónicos de la escena musical. Nació el 5 de septiembre de 1946 y en la década del ’70 irrumpió con temas que hoy siguen vigentes y hasta son himnos a nivel mundial.
“Bohemian Rapsody”, “We are the champions” y “We will rock you”, son algunos de los clásicos que siguen sonando hasta el día de hoy. Pero su éxito fue tan repentino como breve. El líder de Queen falleció en 1991 con solo 45 años.
Si bien los rumores eran muy grandes, solo tres días antes de su muerte, el músico le confirmó al mundo que padecía SIDA, una enfermedad que por ese entonces no tenía cura ni se sabía mucho al respecto, solo se la relacionaba con los vínculos homosexuales y resultaba en ese momento una cuestión bastante tabú.
“Siguiendo la enorme conjetura de la prensa de las últimas dos semanas, es mi deseo confirmar que padezco sida”, dijo Freddie el 21 de noviembre de 1991.
“Sentí que era correcto mantener esta información en privado hasta el día de la fecha para proteger la privacidad de los que me rodean. Sin embargo, ha llegado la hora de que mis amigos y seguidores conozcan la verdad y espero que todos se unan a mí y a mis médicos para combatir esta terrible enfermedad. Mi privacidad ha sido siempre muy importante para mí y soy famoso porque prácticamente no doy entrevistas. Esta política continuará”, manifestó en sus últimos días de vida.
El 24 de noviembre de 1991, Freddie Mercury murió en su cama de su mansión en Kensington, conocida como Garden Lodge, donde pasó sus últimos días.
La enfermedad se la diagnosticaron en 1987 y de a poco se fue retirando de la escena. Su debilidad le impidió continuar con las giras y cada vez aparecía menos en público, alimentando los rumores sobre una enfermedad que terminó por hacer visible y dar a conocer a nivel mundial.