La asociación que nuclea a bares, restoranes y hoteles de la ciudad advierten una merma interanual en la facturación desde enero, que se agudizó con la llegada del frío. El gremio sostiene que la pérdida de trabajo en el sector es proporcional
El sector gastronómico y hotelero de Rosario advirtió una merma del 40 por ciento en las ventas y, en la misma proporción, en los puestos laborales en la comparación interanual, situación que se inició en enero y se agudizó ahora, con la llegada anticipada del frío intenso.
Tanto el gremio como los empresarios del rubro observan que es “un escenario muy difícil” el que afrontan este año, con una fuerte caída de la facturación que repercute directamente en los trabajadores.
“Nos veníamos recuperando un poco de la pandemia sanitaria y ahora, en estos últimos seis meses, una pandemia sin virus con esta situación económica. Ayudada en Rosario por la inseguridad y la pérdida de la nocturnidad, más la suba de tarifas”, detalló en el secretario gremial del Sindicato de Empleados de Turismo, Hostelería y Gastronomía (Uthgra) de Rosario, Sergio Ricupero.
El dirigente reconoce que “las empresas están con respirador artificial” ya que “la actividad se ha reducido en un 40 por ciento y no se ve la salida”.
“El de bares y restoranes es un sector bastante informal, con bastante rotación, y se ve la no renovación de contratos. Si los negocios de la actividad no levantan la facturación, va a ser muy difícil que esto se recupere. Empieza a ser un ‘sálvese quien pueda’ y eso no es bueno”.
Comprensivo con los empresarios del sector, cuestionó “el aumento de tarifas” en servicios públicos, que “si lo llevan directamente a los precios, no va más nadie” a los locales. “Entonces -reflexionó- es una situación muy difícil”.
Admitió que los aumentos salariales acordados en paritarias resultan, en este contexto, “muy difíciles de implementar” porque se da “una situación de pérdida del trabajo y de negocios que no facturan”. Por eso concluyó: “El trabajador tiene que cobrar el salario que corresponde pero es un escenario muy difícil”.
Por su parte, la Asociación Empresaria Hotelero Gastronómica y Afines Rosario (Aehgar) confirmó que en el citado período, desde el inicio del actual gobierno nacional, las ventas cayeron un 40 por ciento interanual.
El presidente de la entidad, Carlos Mellano, dijo este jueves que es palpable la caída de las ventas “desde enero y agudizada en marzo”, a lo que ahora se suma “el invierno, que es un tiempo no propicio para la actividad porque la oferta gastronómica se achica” ante una menor demanda.
“Esa baja hace que el sector no emplee o achique su grupo humano. Incluso vemos algunos cierres de locales”, observó el dirigente empresario en La primera de la tarde, y añadió: “Cuando hay muchos tiempos muertos, sin ventas, el dueño achica la estructura despidiendo personal o trata de tenerlo cuando hay demanda”.
Analizó, por otra parte, que “la actualización de los alquileres es otro de los actores que disparan una evaluación distinta” sobre la rentabilidad del sector. Dicho costo, lamentó, “a veces se triplica” a la hora de renovar y se suma “a los precios de los servicios como la luz y el gas” que sufrieron tarifazos este año.
Si bien muchos locales se las ingenian con promociones para sostener algo de la facturación, o se encolumnan en movidas corporativas como el festival gastronómico “Como Rosario”, que el miércoles pasado ofreció la milanesa napolitana a mitad de precio, por lo general “la gente considera que salir a comer no es tan barato en función de lo que gana”.
“Si hasta las farmacias bajaron las ventas, qué porvenir podemos tener otras actividades”, comparó Mellano a modo de cierre, mencionando a un rubro esencial como la salud que también acusa el impacto de la recesión económica.