Es en la vivienda donde la artista argentina creció junto a sus hermanos y sus padres. En mayo de 2021 la adquirió el Municipio de Morón con fondos girados por el Ministerio de Cultura de la Nación para convertirla en un espacio cultural.
La Casa Museo María Elena Walsh, adquirida por el Estado y convertida en espacio cultural para toda la comunidad con el objetivo difundir y evocar su obra, fue inaugurada este lunes.
A través de una gestión conjunta entre el Ministerio de Cultura de la Nación; el Instituto Cultural de la Provincia de Buenos Aires y el Municipio de Morón, la casa donde nació la inolvidable cantauora, escritora, poeta y compositora argentina, fue adquirida, restaurada y convertida en Museo.
Está ubicada en la calle Tres de Febrero 547, del partido de Morón donde la artista argentina creció junto a sus hermanos y sus padres, Enrique Walsh y Lucía Monsalvo, hasta que en 1943 se mudaron a un departamento cercano, en la localidad de Ramos Mejía. La propiedad, que se encontraba deshabitada desde hace muchos años, pertenecía a una familia que oportunamente se la compró a los Walsh.
En mayo de 2021 se realizó la compra de la casa, a nombre del Municipio de Morón, con fondos girados por el Ministerio de Cultura de la Nación, a partir de un convenio firmado entre el ministro Tristán Bauer y el Intendente Lucas Ghi, y fue incorporada al patrimonio del Estado. La parte museológica está a cargo del Instituto Cultural de la Provincia, presidido por Florencia Saintout, a través de subsecretaría de Promoción Sociocultural, a cargo de Lorena Riesgo.
Así nació la Casa Museo MEW, con el propósito de ser un espacio interactivo que recrea y reconstruye la vida y la obra de Maria Elena Walsh bajo una mirada participativa para todas y todos los visitantes. Fue pensada a partir de técnicas orientadas a facilitar y permitir la interrelación activa entre el/la visitante y el lugar, movilizando todos sus sentidos, así como los diferentes mecanismos físicos, mentales y emocionales.
El fascinante universo de María Elena Walsh
Célebre por su literatura infantil, la producción artística de María Elena Walsh (1 de febrero de 1930- 10 de enero de 2011) comenzó con el libro de poesías publicado a sus 17 años Otoño Imperdonable, que le valió el reconocimiento de escritores e intelectuales, como los premio Nobel de literatura Juan Ramón Jiménez y Pablo Neruda.
A los 21 años se embarcó, junto a la folklorista Leda Valladares, rumbo a París, donde difundieron el folklore de tradición oral con gran reconocimiento del público, grabando varios discos que presentaron en su regreso a la Argentina en una extensa gira y presentaciones en Canal 7. Por esa época comienza a componer para niños y graba, junto a Valladares, el famoso disco Canciones para Mirar (1960), que incluía canciones que son parte de la cultura argentina como El Reino del Revés, y Doña Disparate y Bambuco (1962) que dio vida a Manuelita, la tortuga.
Incursionó como guionista de televisión en programas infantiles, ganando un Martin Fierro. Estrena el espectáculo para niños Canciones para Mirar compuesto por una serie de canciones, poemas y cuentos breves que luego fue publicando tanto en libros como en discos marcando un hito en la cultura nacional.
En 1965 publicó Hecho a mano, su cuarto poemario para adultos y tres años después estrena el espectáculo Juguemos en el mundo dirigido al público adulto y que influiría fuertemente en la nueva canción popular argentina. Tomando elementos del folklore, el tango, jazz y el rock compuso letras de alto contenido social convirtiéndose en un exponente de la canción de protesta latinoamericana de la época. El espectáculo teatral fue acompañado de un disco y en 1971 María Herminia Avellaneda dirigió la versión cinematográfica.
En 1978 dejó las presentaciones teatrales acosada por la censura del gobierno militar. Se volcó al periodismo escrito destacándose el artículo que publicó en 1979 en el diario Clarín, titulado Desventuras en el País Jardín-de-Infantes. Por esos años publicó crónicas de viajes por Europa y América junto a la fotógrafa Sara Facio, su compañera de vida, y realizó algunos proyectos artísticos.
En 1981 enfermó de cáncer, pero la vuelta de la democracia en 1983 la encontró recuperada y participando en numerosos proyectos artístico-políticos en los ámbitos más diversos, siendo esencial su contribución en la Sociedad Argentina de Autores y Compositores (SADAIC).
En 1991, publicó Novios de antaño, una novela autobiográfica sobre la niñez en época de la década infame. Entre 1997 y 2004 presentó los libros infantiles: Manuelita, ¿dónde vas?; Hotel Pioho’s Palace y ¡Cuánto cuento!
En 2008 apareció su último libro: Fantasmas en el parque una autoficción en la que confiesa miedos, anhelos y secretos sin dejar de lado su estilo lúcido, irónico y honesto.
A lo largo de su vida recibió innumerables reconocimientos nacionales e internacionales: Ciudadana Ilustre de la Ciudad de Buenos Aires, Premio Konex de Platino y de Honor en Letras; Highly Commended del Premio Hans Christian Andersen de la IBBY (Dinamarca), el Premio Honor del FNA; Doctor Honoris Causa de la Universidad de Córdoba, entre otros.