Llega este viernes a la plataforma la secuela de la exitosa “Misterio a bordo” que retoma la historia de un matrimonio de improvisados detectives privados en la que el dúo hace gala, una vez más, de una química forjada no tanto en los sets de rodaje sino en su amistad de más de tres décadas.
Por Leo Deangelis
Adam Sandler y Jennifer Aniston regresan este viernes a Netflix con la comedia de acción “Misterio a la vista”, secuela de la exitosa “Misterio a bordo” de 2019, que retoma la historia de un matrimonio de improvisados detectives privados en la que el dúo hace gala, una vez más, de una química forjada no tanto en los sets de rodaje sino en su amistad de más de tres décadas por fuera de la ficción. “Es la razón por la que seguimos haciéndolo. Esa es la belleza, tenemos mucha suerte”, confesó Aniston. “Jennifer sabe”, completó Sandler, “incluso antes de que yo lo sepa, oh, oh, Adam tiene hambre, vamos a tomar un descanso porque está a punto de gritar”.
En esta ocasión, la trama retoma cuatro años después los avatares del matrimonio conformado por Nick y Audrey Spitz. Luego de resolver en 2019 su primer misterio de asesinato a bordo de un yate de lujo por el Mediterráneo, la pareja decidió dejar sus profesiones de policía y peluquera para emprender el trabajo al frente de una agencia de detectives privados.
Mientras se enfrentan a la dura realidad de sostener un negocio para el que nunca entrenaron, todo salpicado por los choques que conllevan el estrés de pagar las cuentas y los enfoques diferentes sobre el trabajo, son invitados con todos los gastos pagos a la boda de su amigo el maharajá (Adeel Akhtar) en su isla privada.
Como ocurre en casi cualquiera de las películas que produce Sandler, a razón de una o más por año, a menudo como cabeza de elenco, la trama no aspira a más: sin artificios complejos, Nick y Audrey están pronto en un escenario en apariencia idílico y ante problemas que los pondrán en apuros.
El novio es secuestrado, y al igual que en la primera película, cada invitado, miembros de la familia y hasta la propia novia son sospechosos. La pareja se encomendará a su supuesta área de expertise, e intentará resolver el caso por distintos puntos del globo, incluido un viaje anhelado a París.
Un momento basta para que se vuelva evidente por qué su ida y vuelta se muestra tan aceitado en pantalla: tal como ocurría en “Una esposa de mentira” (2011), en la que encarnaban a un jefe y una empleada que terminan por darse cuenta que se aman, o en el par de films de la saga “Misterio…”, Aniston y Sandler cierran cada frase que inicia el otro, se pican con ácidos pero cariñosos comentarios y se hacen reír mutuamente.
Pese a llevar ya prolongadas carreras en Hollywood, Misterio a la vista es apenas la tercera colaboración entre ambos, lo que explica cómo se complementan, es que su amistad se remonta a comienzos de los años 90. Varias veces contaron que se conocieron por alguien en común en Nueva York, cuando Sandler ya daba sus primeros pasos en Saturday Night Live y Aniston buscaba su gran oportunidad en la industria.
La película, dirigida por Jeremy Garelick y coestelarizada por Mark Strong, entre más, sabe aprovechar la recuperada notoriedad del género “whodunnit” (o quién es el asesino), y que en los últimos tiempos tuvo diversas expresiones con enfoques de comedia como la saga de Knives Out de Rian Johnson o la serie The Afterparty de Apple TV+. Misterio…, sin embargo, se sostiene menos sobre la incógnita de quién es el culpable que por el ritmo que saben imponerle sus protagonistas.
¿Quién es el asesino?
La primera película que presentaba a los Spitz se estrenó en 2019 y mantuvo el primer lugar entre las ficciones más vistas durante varias semanas en la plataforma. Ahora en esta secuela, Audrey y Nick trabajan como detectives, pero las cosas no les van tan bien económicamente. Los casos no les salen como ellos esperan y las cuentas se acumulan. Pero su suerte va a cambiar cuando reciban un mensaje.
El amigo de la pareja, el Mahajará (interpretado nuevamente por Adeel Akhtar, Stranger Things) les hace llegar una invitación para su casamiento. Con todos los gastos pagos y ellos atravesando una crisis interna por su nuevo emprendimiento, deciden armar las valijas y sumarse a una nueva aventura. El hombre, multimillonario, conoció a Claudette interpretada por Mélanie Laurent (Bastardos sin gloria) una muchacha parisina que trabajaba como vendedora y se enamoró perdidamente.
Pero en el preciso momento de la boda el divertido y excéntrico Mahajará es secuestrado y comienza un nuevo caso. De esta manera todo el círculo cercano es sospechoso de haberse llevado a este hombre en el medio de la celebración de su matrimonio. Y entonces así es como Audrey y Nick asumen el rol de detectives y la diversión nuevamente estará asegurada.
Hay que aclarar que no hace falta ver la película original para entender la segunda, sólo se perderá algún guiño en un gag. Pero, en ese sentido “Misterio a la vista” eleva un poco la vara, con un mejor guión y una historia mínimamente más consistente en relación a su predecesora que muchos tildaron como un relato innecesario y tonto. Está claro también, que no tiene parangón ni lo busca con “Glass Onion: Un misterio de Knives Out”, también de Netflix, ni con ninguna de las adaptaciones de las novelas de Agatha Christie en las que hay que averiguar quién es el asesino.
Hay, tal vez, mayor producción, no solo por el elenco, sino en efectos. Entre los nuevos intérpretes aparece Mark Strong (“Cruella”, “¡Shazam!”, Merlin en “Kingsman”), como el que vendría a salvar las papas, y autor del libro que tan bien leyó Audrey para convertirse en detective. Otro que repite es Danny Boon, el comediante francés, como el inspector Delacroix, sí, ése que los acusaba de haber asesinado al magnate en la primera.
Una amistad de más de tres décadas
La relación que tienen Jennifer Aniston y Adam Sandler por fuera de la ficción “es la razón por la que seguimos haciéndolo. Esa es la belleza, tenemos mucha suerte”, confesó la actriz. “Jennifer sabe, incluso antes de que yo lo sepa, oh, oh, Adam tiene hambre, vamos a tomar un descanso porque está a punto de gritar”, completó Sandler.
Durante una entrevista con la agencia Télam, ambos protagonistas comentaron que, a la hora de filmar, comienzan respetando un guión, pero luego le dan algo de rienda suelta a la química que forjaron por tantos años de trabajo compartido. “Vamos ida y vuelta, jugamos un poco, decimos cosas para ver si podemos hacernos reír”, dijo Sandler.
Y Aniston agregó: “Habitualmente nos hacemos estallar de risa, y si eso pasa nos damos cuenta de que esa línea es la ganadora. Y funciona; no sé muy bien cómo funciona, sólo que se nos da de una manera muy natural”. Por otro lado, sobre la pareja que interpretan en la película, advirtieron que el resultado de ese matrimonio es que si bien “no siempre están en sintonía, pero de alguna manera siempre lo terminan resolviendo”, como señaló.
“Los Spitz trabajan juntos, están uno con la otra las 24 horas del día, no hay pausas. Mi personaje le rompe los nervios al de ella de vez en cuando (risas), pero saben que eventualmente van a volver uno al otro, y logran suavizar las cosas”, sumó Sandler. En tanto, respecto al género “whodunnit”, la actriz se expresó sobre el éxito de esta modalidad. “Si no sabés quién es el asesino o secuestrador, eso quiere decir que lo estás haciendo bien. Es así de simple. El género «quién es el asesino» es básicamente muy entretenido, ¿por qué no iba a volver a ser popular?”, señaló finalmente.