Son aquellas que siempre estuvieron en el centro de la polémica y a cuyo uso se oponen los organismos de DD.HH. Mediante un amparo, el Gobierno porteño reclama destrabar su importación para utilizarlas como herramienta contra la inseguridad.
El Gobierno de la Ciudad pidió a la Justicia autorización para el uso de las pistolas Taser, mediante un “amparo por mora” para destrabar la importación de las mismas y utilizarlas por parte de la Policía de la Ciudad.
Según la Ciudad, el Gobierno Nacional impuso trabas a la importación. Se trata de 60 dispositivos modelo X2 que habían sido autorizadas por la ANMAC por un funcionario pero luego se dio marcha atrás con dicha medida.
El Ministerio de Justicia y Seguridad porteño reclamó ser parte del trámite para posibilitar la importación en mayo pasado pero le fue negado. Las Taser siguen a la espera de conocer si se posibilitará o no su ingreso formal, y posterior utilización.
Mediante un comunicado, el ministro Marcelo D´Alessandro dijo que “el problema del Gobierno Nacional es ideológico, y que llegaron a comparar las Taser con las picanas de la dictadura”.
“Demonizaron el uso de estas armas y trabaron una herramienta fundamental para la seguridad de los 3 millones de porteños y las casi 4 millones de personas que diariamente ingresan a la Ciudad”, aseguró el Ministro en el comunicado.
Según se explicó desde la Ciudad, las Taser generan una descarga eléctrica que inmoviliza al potencial agresor, “por lo que son ideales para actuar en espacios reducidos con abundancia de público. Cuando son disparadas, unos dardos guiados por un cable envían 400 volts durante cinco segundos”.
“El objetivo es dotar a la Policía de la Ciudad de un armamento que le permita a sus efectivos protegerse y cuidar a los transeúntes y a los actores pasivos del hecho sin poner en riesgo la vida del atacante”, afirmó el funcionario.
Los peligros de las pistolas Taser
Según Amnistía Internacional, su mala utilización puede llevar a tratos crueles, inhumanos o degradantes, o incluso tortura, en casos en los que su uso no ha estado justificado o ha tenido una intención de castigo.
El organismo internacional de derechos humanos ha documentado casos en los que incluso la muerte de algunas personas estuvo relacionada con el uso de este tipo de armas de electrochoque.
Debido a las consecuencias que tiene el empleo de las mismas, Amnistía Internacional expresó sus preocupaciones con relación a su uso, y pidió que estén sujetas al mismo criterio que se aplica al uso de armas de fuego, debido a los riesgos que pueden tener en la integridad física y mental de la persona sobre la que se emplean.