En diálogo con LT3, el doctor Maximiliano Torricelli, constitucionalista, analiza la decisión de la Corte Suprema de rechazar la licencia extraordinaria solicitada por el juez federal Ariel Lijo para asumir en el máximo tribunal.
La Corte Suprema fundamentó su rechazo en un fallo de 1975 que prohíbe la doble investidura de un juez, es decir, que una misma persona sea titular de dos cargos judiciales simultáneamente. “En una palabra, la Corte dijo: no se puede atender en dos mostradores”, destacó Torricelli.
Según el constitucionalista, “Lijo tendría que haber renunciado a su cargo en Comodoro Py para asumir en la Corte Suprema“. Ahora, Lijo debe decidir si renuncia a su cargo o espera la decisión del Senado, lo que podría demorar.
La designación de García-Mansilla está en revisión. Según Torricelli, García-Mansilla tiene un nombramiento que llegaría hasta el fin de las sesiones ordinarias del Congreso, es decir, hasta febrero del año que viene. Sin embargo, su designación también está en revisión por el Senado.
La estabilidad es fundamental en la designación de jueces. “Es uno de los pilares fundamentales de las garantías, ¿no es cierto? El tema de tener estabilidad”, dijo. La estabilidad garantiza que lo
Toricelli también cuestionó el contexto político y judicial en el que se toman estas decisiones. “No es bueno que las designaciones sean sin el acuerdo del Senado, ni que el Senado no se pronuncie, ni que las vacantes no se cubran”, criticó. A su vez, señaló que una Corte de cinco miembros necesita una mayoría de tres para funcionar correctamente y que, con solo tres jueces en ejercicio, el tribunal queda en una situación de fragilidad institucional.
La sociedad civil y el Senado deben intervenir. “El Senado tendría que haberle dado tratamiento”, dijo Torricelli. “Hay cuestiones que no pueden ser postergadas ni discutidas eternamente. Se acepta o no se acepta, y se define una situación“.
El rechazo de la licencia a Lijo deja en claro la postura de la Corte Suprema sobre la doble investidura de jueces y mantiene la incertidumbre sobre el futuro del tribunal, a la espera de la resolución del Senado.