Hoy reflexionemos: ¿con que cara circula frecuentemente la gente por las calles de la ciudad ¿¡Cuesta tanto una sonrisa!?
Por Gerardo Scarcello
Además, sonreír tiene sus beneficios: se asocia al buen humor. A la disminución de la presión arterial y protección frente a algunas enfermedades cardiovasculares.
La sonrisa puede ayudar a reforzar el sistema inmunitario. Puede ser parte de la prevención de diferentes patologías
Les propongo una actividad. Observar con detenimiento los rostros de la gente en las calles de la ciudad. Se darán cuenta que haciendo un balance, al menos en general, Y en rosario, el mayor porcentaje va preocupado, temeroso, enojado, sensible, distraído, a disgusto.
La mayoría de las caras encuentran un tinte de amargura e inconformismo, eso al menos dan a entender cuando la gente de la ciudad, o de muchas otras urbes, caminan por sus calles
¿Será la preocupación por el bolsillo? ¿Será la inseguridad incontrolable? ¿Es una cuestión de actitud? Sera porque se va pensando en tantas actividades que nos hemos impuesto en estos tiempos?
Por su parte esbozar una sonrisa no cuesta nada, y tiene muchos significados, pero lo más importante es que hace bien sonreír.
En un estudio de 2016, les realizó preguntas a miles de personas en 44 culturas sobre una serie de fotografías: cuatro con sonrisas y cuatro sin ellas.
La mayoría de la gente consideró que las caras sonrientes eran más honestas que aquellas en las que no había sonrisas. Esta diferencia fue muy superior en algunos países como suiza, Australia y filipinas, pero pequeña en otros como Pakistán, Rusia y Francia.
En unos pocos países como irán, india y Zimbabue las sonrisas no supusieron ningún beneficio extra de confianza. ¿por qué? La respuesta es complicada, pero, para resumir, los científicos concluyeron que está relacionada consigo en una sociedad la gente suele suponer que los demás son honestos con ellos.
Ojo que la sonrisa en la política puede tener según las encuestas otra connotación.
“mayores niveles de corrupción reducen la confianza hacia los individuos sonrientes”, concluyeron los autores de la investigación.
Esa actitud se remonta a una antigua visión de la sonrisa como lo opuesto a la solemnidad religiosa.
Cuando la piedad era un valor dominante, las sonrisas eran mal vistas como un precursor de la risa, a la cual se trataba con verdadero desdén.
Antes de la revolución francesa, las sonrisas amplias en el arte eran mayoritariamente el reino de los indecentes, los borrachos y las bulliciosas clases bajas.
las religiones orientales, sin embargo, usan a menudo la sonrisa para denotar iluminación.
Buda y varias figuras religiosas eran retratados con sonrisas serenas, aunque los textos budistas originales están tan desprovistos de sonrisas como las escrituras occidentales. Jesús llora, pero nunca sonríe.
La cuestión es que nos vendría mejor sonreír un poco más, al menos hacer el intento, ¡mas allá de las costumbres para que nos contagie a todos!