La inflación de julio se ubicó en 1,9%, según el INDEC, levemente por encima de las proyecciones del mercado y del 1,6% registrado en junio. El dato estuvo impulsado por aumentos en recreación y cultura (+4,8%) vinculados a las vacaciones de invierno, transporte (+2,8%) y subas en alimentos y bebidas (+1,9%), especialmente en verduras, carnes y panificados. La inflación núcleo se desaceleró a 1,5%, la más baja desde enero de 2018, mientras que los precios regulados subieron 2,3% y los estacionales 4,1%.
Con este resultado, el IPC acumula un alza del 17,3% en lo que va del año y del 36,6% interanual. Economistas destacaron que, pese a la volatilidad cambiaria y el aumento de tasas, el “pass-through” fue limitado y el nivel general de precios se mantuvo estable. Para agosto, las proyecciones apuntan a una suba cercana al 2%, con atención en el manejo de la liquidez por parte del Banco Central y el Tesoro.