Es Roberto Patricelli quien estaba detenido acusado de conducir su BMW y embestir a tres vehículos, por lo que dos jóvenes murieron. El acusado dio positivo test de alcoholemia.
La Justicia porteña concedió el arresto domiciliario al empresario Roberto Patricelli, quien el 15 de mayo pasado conducía su BMW a 150 kilómetros por hora y embistió a tres vehículos frenados a la altura del Hipódromo de Palermo: dos jóvenes murieron.
El empresario fue detenido y el test de alcoholemia dio negativo, dio positivo con resultado de 0,5 lgr/l.
Por el impacto murió un joven de 20 años y una adolescente, y hubo 9 personas lesionadas.
El empresario fue detenido y enviado a juicio oral: inicialmente se lo acusó por homicidio culposo pero luego por pedido de la fiscalía y del abogado querellante Franciso Oneto se lo acusó de una figura más grave que es la de homicidio simple con dolo eventual,
La figura legal se aplica para los casos en que una persona debería representarse en el momento que la manera de comportarse puede ocasionar la muerte a otra.
La defensa pidió a la Sala I de la Cámara en lo penal que le conceda la excarcelación o bien el arresto domiciliario. Por los votos de Marcelo Pablo Vázquez y José Sáez Capel finalmente obtuvo el arresto domiciliario
En el fallo, los dos jueces dijeron inicialmente que como remarca la defensa le cambiaron la imputación al empresario al momento de ir a juicio y por otro lado que no hay riesgo de entorpecimiento de la investigación porque la misma ya se agotó y se está por realizar el juzgamiento.
“Tomando en consideración además que si bien la medida cautelar bajo análisis implica que el imputado no permanecerá ya dentro del ámbito penitenciario, lo cierto es que continuará constantemente vigilado por dispositivos electrónicos (sumado a toda otra serie de condiciones que la a quo habrá de fijar oportunamente) lo que demuestra la efectividad de la medida requerida por la defensa para contrarrestar el riesgo que, si bien subsiste, no presenta la misma intensidad que en etapas anteriores de la investigación”, concluyeron.
Por su parte, la jueza Elizabeth Marum en cambio se opuso a conceder el arresto domiciliario porque el peligro de entorpecimiento sigue latente.
“Del mismo modo, en dicha oportunidad afirmé que si bien el arraigo se encontraba debidamente probado, las constancias obrantes en la causa permitían tener por acreditado, conforme al grado de verosimilitud propio de esta instancia del proceso, que el imputado poseía los medios suficientes para permanecer oculto o salir del país sin ser detectado y así eludir el accionar de la justicia. Todo ello, se mantuvo incólume al igual que el peligro de fuga oportunamente constatado”, concluyó.