Tras un tenso recuento y una jornada de denuncias, el líder del PT se quedó con la victoria y volverá a gobernar a partir del 1 de enero. Expectativa por su palabra y la reacción de Jair Bolsonaro.
En una elección peleada voto a voto, el líder del Partido de los Trabajadores (PT), Luiz Inácio Lula Da Silva, se quedó con la victoria en el balotaje con una diferencia mínima sobre el actual mandatario, Jair Bolsonaro.
Escrutados el 99,28% de los votos, Lula obtenía el 50,85%, superando a Bolsonaro, que alcanzó el 49,15%, por lo que será el próximo mandatario del país a partir del 1 de enero.
La extrema polarización de los comicios en Brasil se materializó en una diferencia de apenas 1.800.000 respaldos, sobre un total de 116.000.000 millones de votos válidos emitidos este domingo.
Los comicios finalizaron a las 17 y minutos después comenzaron a difundirse los primeros resultados, que mostraron arriba al actual presidente.
Poco a poco, a medida que se fueron cargando los datos, Lula comenzó a revertir la situación y antes de las 19 pasó al frente, logrando una diferencia a su favor final de poco más de un punto y medio.
El tenso recuento coincidió con una jornada de denuncias contra la Policía Federal de Carreteras, que -según la presentación del equipo de Lula- buscó con sus procedimientos impedir el voto de los ciudadanos que querían hacerlo por el PT, por su sintonía con Bolsonaro.
El Tribunal Superior Electoral de Brasil (TSR) rechazó esas acusaciones y dijo que “en ningún caso” los operativos policiales perjudicaron el voto, aunque admitieron que sí pudieron demorarlo.
En las calles de San Pablo, los militantes del PT salieron a festejar apenas Lula pasó al frente en el conteo oficial, aunque ya superado el 90% de los votos se lanzaron a la tradicional Avenida Paulista con banderas y distintivos para celebrar el triunfo de su candidato.
Estaba previsto que el presidente electo de Brasil diera un discurso en un hotel céntrico tras finalizado el escrutinio.
También se aguardaba con expectativa la reacción de Bolsonaro, que en los días previos agitó el fantasma del fraude y las irregularidades sobre el proceso electoral.