Es el nombre del plan que se llevará a cabo durante los días y semanas posteriores al deceso.
Por Nicolás Greco
Falleció la Reina Isabel II.
Uno de los tantos protocolos que se pondrá en marcha es el Operativo Puente de Londres, que consiste en el plan que se llevará a cabo durante los días y semanas posteriores a su muerte.
Todo comenzará cuando su secretario privado, Edward Young, transmitirá inmediatamente al primer ministro ejerza en ese momento el siguiente mensaje: “El Puente de Londres ha caído”. Luego, los 15 Gobiernos fuera del Reino Unido donde la reina es jefe de Estado serán informados a través de una nueva línea y el mismo anuncio será trasladado a las otras 36 naciones que integran la Commonwealth y a los líderes alrededor del mundo.
A continuación, las puertas del Palacio de Buckingham se iluminarán y se colocará un tablón de color negro y un flash de noticias alertará a los medios de comunicación del mundo entero.
El hijo mayor de la reina, Carlos, se convirtió inmediatamente en el rey. La bolsa de valores, las empresas y las tiendas de todo el Reino Unido cerrarán por respeto.
El día después de la muerte de la reina
A través de una retransmisión en vivo, Carlos dará su primer discurso oficial como rey y el Gobierno jurará lealtad al sonido de una salva de 41 cañonazos en Hyde Park.
Luego, el flamante monarca se embarcará en una gira por todo el Reino Unido, donde visitará a los líderes del Gobierno de las capitales.
El traslado del ataúd y el funeral
Cuatro días después de su muerte, su ataúd se trasladará en una procesión militad desde el Palacio de Buckingham hasta el Westminster Hall. Una vez allí, permanecerá en custodia durante los próximos cuatro días y la gente podrá pasar a despedirla.
Por su parte, el funeral se llevará a cabo entre 10 y 12 días después del deceso de la reina y será un día festivo oficial para todo el Reino Unido.
Posteriormente se llevará el ataúd a la Abadía de Westminster, donde unos 2.000 invitados especiales inclinarán sus cabezas en oración, para seguir su camino en el Castillo de Windsor y finalmente en la Capilla de San Jorge, donde seguramente descansará junto a su padre, el rey Jorge VI.
Se estima que el fallecimiento de la reina le costará a la economía británica miles de millones de libras.
Los mayores cambios
Uno de los más significativos es que en la nueva moneda británica se acuñará el retrato del nuevo rey y la de Isabel II se irá retirando lentamente de circulación, mientras que el himno nacional cambiará de Dios salve a la reina a Dios salve al rey.