El jefe de gobierno provincial ratificó que, una vez más, recibió un cartel amenazante, esta vez en una oficina pública del centro de Rosario, en la que se refieren a su entorno más íntimo. “Vamos a seguir por este camino, lo que más le molesta son los presos que cometen delitos desde la cárcel alojados en pabellones de alto perfil”, manifestó
Una vez más el gobernador Maximiliano Pullaro fue amenazado. En esta oportunidad, dejaron una nota amedrentando a su familia en una oficina céntrica. “Vamos a seguir por este camino, lo que más le molesta son los presos que cometen delitos alojados en pabellones de alto perfil”, consideró el jefe de la Casa Gris.
Este lunes, Pullaro recibió un mensaje a su teléfono celular en el que le avisaban que había llegado a una oficina pública del centro de Rosario una nota en la que se amenaza a su familia, el gobernador estaba a punto de dar una conferencia de prensa en el Registro civil de calle Salta al 2700 por las obras desarrolladas, cuando le llegó una foto del cartel intimidante que habían dejado en la oficina local de Migraciones, ubicada en Urquiza al 1700.
En declaraciones , el mandatario confirmó el hecho: “Recibí una amenaza a mi familia, estamos acostumbrados”, lamentó, pero aclaró: “Vamos a seguir por este camino de pelear contra la delincuencia, vamos a seguir manteniendo a los presos que cometen delitos desde la cárcel en pabellones de alto perfil, que es lo que más le molesta. Vamos a mejorar los niveles de violencia y seguridad”.
Aunque prefirió no brindar detalles sobre la amenaza, deslizó que el mensaje intimidante estaba dirigido a su familia y ratificó que en la nota había “algo sugestivo a la donación de órganos”. “Es muy feo, pero no nos vamos a amedrentar”, impuso Pullaro, quien advirtió que también el ministro de Seguridad, Pablo Coccocioni fue amenazado a través del ataque en Rondeau al 300 contra una unidad de la línea 143.
Los autores son 3 jóvenes, uno es mayor y será llevado a audiencia imputativa. Los restantes tienen 15 y 13 años y quedaron a disposición de Niñez. Los tres dijeron vivir en un orfanato y habrían sido captados para llevar a cabo un hecho de intimidación pública.
“Es muy feo recibir amenazas, pero vamos a seguir trabajando”, aseguró el gobernador santafesino.
Y, luego profundizó: “Estamos trabajando, el Ministerio de Seguridad está muy compacto, muy sólido. No nos van a amedrentar, no nos van a detener, vamos a seguir adelante, el Estado está funcionando, no solo la Policía que está saliendo a la calle haciendo identificaciones sino el secuestro de armas que sigo personalmente. En Rosario el secuestro es muy importante, con más secuestros de cuando era mi gestión (en Seguridad), lo que habla de dos cosas, primero que la Policía está trabajando en la calle, en segundo término es que había mucha impunidad. Los delincuentes de Rosario andaban en la calle armados con armas de gran porte, muchas de ellas armas de guerra, hoy muchas de ellas están siendo secuestradas en operativos de calle”.
A poco de asumir como gobernador, Pullaro fue blanco de aprietes. Se produjo una balacera contra el banco Macro en zona norte el 12 de diciembre y al otro día, se sumó un ataque a tiros contra el hospital de emergencias Clemente Álvarez. En ambos casos, que se dieron con pocas horas de diferencia, los sicarios dejaron una nota dirigida al gobernador Maximiliano Pullaro, a quien amenazaron de muerte de parte del pabellón 9 de la cárcel de Piñero luego de la la reubicación de presos de alto perfil.
Días atrás, el jefe de la Casa Gris admitió que sacó a su esposa y sus dos hijos de Rosario por un tiempo determinado, en el marco de las amenazas recibidas.