Nos seguiremos preguntando, ¿por que no cubrir los reclamos con trabajo? ¿Que es lo que impide que esto comience a ser la única opción?
El tema viene dado por las protestas en las calles, derecho ganado por la democracia, pero ¿a qué precio?
Los reclamos en las calles del mundo, se hacen sentir y pareciera que mucho mas en esta porción del planeta, en Latinoamérica.
Si nuestros reclamos diarios fueran siendo solucionados, las ganancias para todos serian mayores, pero para eso hay que tener conductas que vengan de las gestiones y por parte del cumplimiento de la gente.
En Argentina, tuvimos un récord de piquetes y fue durante 2021: alcanzaron los 6.685 en un año.
En 2014 se presento un proyecto para regular las manifestaciones, y fue a pedido de quien fuera en ese momento la Presidenta de la nación, Cristina Fernández, quien durante la apertura de las sesiones ordinarias del Congreso, el 1º de marzo de ese año, en su discurso, la mandataria había destacado la necesidad de legislar “una norma de respeto y convivencia urbana”.
Carlos Kunkel, diputado del oficialismo, fue el encargado de presentar un proyecto que regula las manifestaciones públicas, teniendo como modelos muchos países de América Latina.
La iniciativa definia cuándo una manifestación es “legítima”, estableciendo que una protesta deberá ser informada ante “representación policial” con una antelación “no menor a las 48 horas” y que no deberá impedir el funcionamiento de los servicios públicos, ni bloquear totalmente la circulación de vehículos y personas. Dispone también que una manifestación no podrá ser desalojada por las fuerzas de seguridad sin una mediación previa a cargo de personal civil del Ministerio de Seguridad, entre otros puntos.
Para tener en cuenta cual fue el costo de las protestas sociales entre 2012 y 2013, suman alrededor de $450 a $470 millones, de acuerdo con los cálculos citados por el entonces diputado del Pro, Federico Sturzenneger. Cabe destacar que la oposición por entonces estaba de acuerdo con aprobar el proyecto para regular las manifestaciones populares.
Durante los últimos años, las protestas sociales y sindicales en la Argentina se multiplicaron.
Ocho años después, las declaraciones de la vicepresidenta Cristina Kirchner hicieron crispar a las mujeres piqueteras, hizo referencia al mal manejo de los planes sociales en el país .
“Hoy tenemos 7% de desocupación, pero tenemos 1.300.000 planes. Hay algo que va a haber que revisar, porque con esa desocupación del 7% deberíamos tener menos planes sociales”, había planteado Cristina.
Ahora, decenas de mujeres que trabajan en comedores populares de barrios del Gran Buenos Aires y actúan como coordinadoras en sus comunidades del Polo Obrero le contestaron a la expresidenta con una olla popular «de repudio» en el Obelisco, este viernes a las 10 Hs.
“Abajo todos los ataques a las que luchan. Los padecimientos de las mujeres son responsabilidad del Estado y de sus gobiernos”, dijeron las mujeres de la organización social y piquetera afiliada al Partido Obrero.
En Ecuador, las protestas que se iniciaron el pasado 13 de junio, han dejado pérdidas millonarias para varios sectores, entre ellos el turístico. Según el ministro de Turismo, Niels Olsen, los más de 15 días de manifestaciones, han dejado pérdidas que sobrepasan los USD 70 millones, entre cancelaciones de vuelos – con mas de 3000 pasajeros – los comercios de alimentos y bebidas que fueron afectados, como el sector de eventos y reuniones sociales, y alojamientos, con pérdidas millonarias.
Las protestas tenían su asidero, porque pedían al gobierno reformas sociales y económicas, en el marco de una economía golpeada por la inflación y el desempleo. Vemos como los tiempos de los gobernantes a tomar decisiones van en gran medida detrás de las necesidades.
¿Cuántas necesidades se podrían cubrir con ese dinero?
Nos seguiremos preguntando, porque no cubrir los reclamos con trabajo?¿Que es lo que impide que esto comience a ser la única opción?
En Ecuador, las protestas que se iniciaron el pasado 13 de junio, han dejado pérdidas millonarias para varios sectores, entre ellos el turístico. Según el ministro de Turismo, Niels Olsen, los más de 15 días de manifestaciones, han dejado pérdidas que sobrepasan los USD 70 millones, entre cancelaciones de vuelos – con mas de 3000 pasajeros – los comercios de alimentos y bebidas que fueron afectados, como el sector de eventos y reuniones sociales, y alojamientos, con pérdidas millonarias.
Las protestas tenían su asidero, porque pedían al gobierno reformas sociales y económicas, en el marco de una economía golpeada por la inflación y el desempleo. Vemos como los tiempos de los gobernantes a tomar decisiones van en gran medida detrás de las necesidades.
¿Cuántas necesidades se podrían cubrir con ese dinero?
Nos seguiremos preguntando, porque no cubrir los reclamos con trabajo?¿Que es lo que impide que esto comience a ser la única opción?