Dimitió el hombre que participaba en fiestas mientras Reino Unido estaba confinado por el covid
Por Gerardo Scarcello
Boris Johnson acepto dimitir en un momento en la que Reino Unido y todo su Gobierno pedía por su salida.
Antes de manifestar su dimisión, ya que se retirará recién al finalizar el verano cuando se designe a su sustituto, hizo un resumen de sus éxitos, sin mencionar los turbios y escandalosos hechos que salieron a la luz, como las fiestas en Downing Street, que fueron el comienzo de su caída.
El mismo partido le dijo que no, al quedarse sin diputados ni ministros, señales que naciones como estas no dejan dudas de la nueva dirección que deben tomar.
Entre sus aciertos, Boris Johnson se ufana de haber sido el primer ministro que ha sido elegido con la mayor mayoría desde 1987 y la mayor votación desde 1979 cuando fue elegida Margaret Thatcher, de estar orgulloso de lo que ha hecho en relación con el Brexit, en su gestión de la pandemia y del éxito de la vacuna contra el covid, que fue la primera que tuvo Europa.
Pero ni esto le alcanzo para dar vuelta la decisión de sus propios partidarios.
Ya en 2004 fue destituido como portavoz de Cultura, por oponerse al publicarse su relación con la periodista Petronella Wyatt, que él negó y todavía no ha reconocido, ni el matrimonio con su primera esposa, ni el divorcio de la segunda con la que tuvo cuatro hijos, ni el número de hijos que tiene fuera o dentro de los tres matrimonios que ha contraído.
Es decir, su imagen desprolija y manchada se lo llevo puesto en el cargo, algo al que los ingleses no están muy acostumbrados a ventilar.
Al igual que en nuestro país, Johnson, fue el hombre que participaba en fiestas mientras Reino Unido estaba confinado por el covid, con la diferencia que en el primer mundo la condena es política, no económica.