El cantante catalán dialogó en el escenario con el escritor Eduardo Sacheri y reveló detalles de la amistad que lo unió durante décadas con el gran historietista.
El artista catalán Joan Manuel Serrat se presentó este fin de semana en el Teatro El Círculo de Rosario para rendir tributo a Roberto Fontanarrosa, a quien durante una entrevista ponderó la “fidelidad” mutua del humorista y su ciudad.
Ante una sala colmada, el “Nano” recordó con emoción “a uno de sus mejores amigos argentinos”. El vínculo entre ambos duró un cuarto de siglo sin interrupciones, según comentó el artista español: “Comenzamos a conversar y nunca más dejamos de hacerlo”.
El compositor catalán fue entrevistado por Eduardo Sacheri y no defraudó al público. Como era de esperarse, la amistad y el fútbol dijeron presente dentro del temario de la conversación sobre el “Negro”, un especialista en ambas materias a la hora de los cuentos y el humor gráfico.
Serrat, quien ya se retiró de los escenarios, hizo un chiste que describió a la perfección la relación de Fontanarrosa con la Cuna de la Bandera. Según comentó, cada encuentro con un rosarino en Barcelona incluye la misma frase: “Somos muy amigos del Negro”.
“Si tuviera que anotar cuántos habitantes tiene en función de los que me han dicho esto, esta ciudad sería Nueva York”, remató el catalán. Más tarde sostuvo que se siente “muy feliz” por haber sido amigo del dibujante y “seguirle siendo fiel a su recuerdo y a su memoria”.
La entrevista del Festival Fontanarrosa duró casi dos horas y tuvo otros párrafos jugosos sobre el origen del vínculo con el escritor rosarino. Serrat se remontó hasta el Mundial de España 1982 y su primer encuentro con César Luis Menotti como prólogo de esa presentación.
Luego del debut de la Selección argentina, Serrat y el “Flaco” fueron a un bar “plagado de argentinos”. Entre ellos conoció al creador de Inodoro Pereyra y Boogie, el Aceitoso, un “tipo barbudo, greñudo”.
El cantante también destacó que Rosario fue la segunda ciudad del país en la que hizo shows en vivo. “El Negro fue la primera persona que fui a ver”, apuntó sobre aquella experiencia.
La estadía inicial de Serrat frente al río Paraná fue el marco de nuevas charlas con Fontanarrosa. Además disfrutó de “un asado muy bueno que no hizo” el dibujante y argumentó con ironía: “No era muy bueno para esos menesteres”.