El informe del INDEC reveló un fuerte salto de la inflación núcleo, que había sido tomada como ancla por la autoridad monetaria.
El Banco Central de la República Argentina analizará en las próximas horas un aumento de la tasa de interés de referencia –actualmente en 75%- tras conocerse la variación de precios de febrero, que incluyó un fuerte aumento de la inflación núcleo, que había sido tomada como ancla por la entidad para sostener su política monetaria.
El Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) informó que la variación general del Indice de Precios al Consumidor (IPC) fue de 6,6%, pero en el desglose de este indicador surgió un dato extremadamente preocupante: la inflación núcleo fue de 7,7%.
La inflación núcleo es aquella que mide el organismo despejando factores estacionales y que por su composición tiende a sostenerse con menos volatilidad en el mediano plazo. Sus movimientos ofrecen una mayor certeza de cómo es la inercia inflacionaria.
El Banco Central mantiene desde hace seis meses su tasa de política monetaria en 75%. La última corrección fue el 15 de septiembre de 2022 cuando la elevó desde el 69,5% previo.
Desde esa fecha pudo sostenerla por la desaceleración inflacionaria de noviembre y los resultados de diciembre y enero, meses en los que la inflación núcleo se había mantenido en parámetros consistentes con la política monetaria.
Es más, los comunicados de la entidad argumentaban a favor de ese punto.
Pero el dato de febrero resultó altamente preocupante ya que la inflación núcleo saltó de 5,4% en enero a 7,7% en febrero. Pero el análisis que entrega el INDEC ofrece puntos alarmantes como por ejemplo que en el Noroeste fue de 9,2%, en el Noreste de 8,9% y en Cuyo de 8,3%.
Esta brusca variación le quita margen de maniobra al BCRA que no tendrá más remedio que aplicar una nueva suba de tasa para, además, cumplir con el acuerdo con el FMI.
El programa que fue ratificado este lunes, tiene un apartado especial en el que la Argentina se compromete a mantener la tasa de interés real positiva (por encima de la inflación)
Durante muchos años fue política del kirchnerismo una tasa de interés real negativa (por debajo de la inflación) para incentivar el consumo.
Pero el acuerdo con el FMI obligó al gobierno a romper este paradigma, exponiéndose a que el encarecimiento del crédito, planche el consumo, y frene aún más la producción y la creación de empleo.