Critica de “La Casa de Papel: Corea” ¿Cómo es la versión asiática de la exitosa serie española que estrenó en Netflix?

La adaptación plantea un escenario de reunificación de la península coreana, con una unión económica que acentúa las desigualdades de clase y donde un grupo de ladrones liderados por El Profesor, se disponen a dar un golpe histórico

 Por Leo Deangelis

 

“La Casa de Papel: Corea”, es la nueva serie que adapta la popular producción española en un imaginario escenario de reunificación de la península coreana. La ficción desembarcó el viernes en Netflix con elementos familiares y algunas novedades y rápidamente se ubicó entre lo más visto en la plataforma. El combo “La casa de papel” original, junto a las distintas propuestas de la industria audiovisual de Corea del Sur, con “El juego del calamar” a la cabeza, supieron encontrarse en esta nueva historia que mantiene la esencia en un nuevo contexto y en una cultura diferente. 

En 12 episodios de una hora (los seis primeros son los que estrenaron el viernes), esta nueva-vieja historia se ubica en un momento ficcional en el que Corea del Sur y Corea del Norte están en un proceso de reunificación. Con la inminente desaparición de un borde fronterizo, millones de compatriotas divididos durante décadas podrán reencontrarse. En ese contexto, la naciente unión económica acentúa las desigualdades de clase. “Solo los ricos se vuelven más ricos”, constata el grupo de ladrones de ambas Coreas liderados por El Profesor, quienes se disponen a dar un golpe histórico. 

Allí comienzan las coincidencias: mamelucos rojos, máscaras, humores exaltados, armas siempre listas para gatillar y el seudónimo de cada asaltante como nombres de ciudades (Tokio, Río, Helsinki, Denver, Moscú, Oslo, Berlín y Nairobi, es decir los mismos de la serie creada por Álex Pina). Y, por supuesto, la ambientación de la historia: una fábrica de moneda en el que se imprimirá la nueva divisa en una zona de seguridad conjunta será el centro de las operaciones de la banda. 

“‘La casa de papel’ original demostró que una narrativa excelente puede encantar en todas partes, y el contenido coreano ha demostrado tener el mismo poder. Estamos impacientes de ver cómo los fans de todo el mundo reaccionan a la forma cómo unimos esta historia épica con el mejor talento coreano y un fanatismo global apasionado”, se esperanzó Keo Lee, director de Contenido para Netflix en Corea, a través de un comunicado. 

Cuando me ofrecieron adaptar esa historia, lo sentí como mi destino”, admitió el guionista Ryu Yong-jae, confeso fanático de “La casa de papel”. “Me intrigó mucho la premisa de la nueva versión, porque no se trata solo del conflicto entre los ladrones y la policía, sino que también añade nuevos niveles como la tensión, desconfianza y armonía entre Corea del Norte y del Sur. Esta situación en la que los asaltantes de los dos territorios unen fuerzas y la Policía de ambos países colabora para detenerlos agrega una visión coreana a la propiedad intelectual original”, añadió el que definitivamente es uno de los aspectos refrescantes de esta versión. 

“La Casa de Papel: Corea” es una de las más logradas adaptaciones producidas por Netflix, sobre “La Casa de Papel” original, la arrasadora serie española de 2017, que se convirtió en un verdadero fenómeno mundial siendo la más vista en el gigante del streaming. Bajo estos altos estándares de crítica y aceptación del público el remake coreano se impone como una historia de calidad, que no decepciona, al contrario, eleva el fenómeno original.  

Es que se propone como un gran espectáculo con personalidad propia, con toques perfectamente establecidos, siendo diferente, muy atractiva y emocionante, además de valerse por sí misma. Así, la acción, el drama y el thriller se van construyendo de la mano de Kim Hong-sun su director y del guión de Kim Hwan-chae y Ryu Yong-jae, adaptado del libro original de Alex Pina.  

Mientras que el elenco incluye a Yoo Ji-tae como El Profesor, trae además algunas caras conocidas por estas latitudes como Park Hae-soo en el papel de Berlín, que viene de triunfar en “El juego del calamar”, y Kim Yun jin, muy recordada por su personaje en “Lost”. Ellos, son las caras visibles de esta adaptación, que mantiene toda la esencia básica de “La Casa de Papel”, pero a su vez, logra un sello propio, en su variante coreana tanto en trama como en narración. 

Así, “La casa de papel: Corea”, también intenta involucrarse con una cuestión social, a través del recurso de un futuro imaginario y cercano en el que la reunificación de Corea es una realidad. Comienza con el anuncio, por televisión, de una comunidad económica con moneda unificada que hace que Tokio (Jeon Jong-seo) abandone de inmediato Pionyang para instalarse en Seúl, con la ilusión de la vida que soñó. 

Pero esa esperanza percibida por la protagonista mientras viaja en tren de un lado a otro, durará poco y la transformación impondrá el sistema capitalista, que facilitará la aparición repentina de una camada de millonarios que estafarán a los más vulnerables. Tokio se convertirá entonces en una suerte de justiciera que se ensuciará las manos para robarle a los usureros, y estará contra las cuerdas justo cuando El Profesor (Yoo Ji-tae) logre dar con ella. 

Acá, la careta de Dalí le da paso a la de Yang Bang, una de las 12 máscaras tradicionales de Corea; no hay ciudades ni estéticas nuevas ya que los personajes tienen los mismos alias que los de la española, y el casting no perdió de vista ni la referencia de los actores originales y mantienen algunos de sus modismos, pero todo enmarcado en un nuevo contexto.  

Está bien claro que es un remake y eso es lo que se impone. Está en las variantes argumentales y en los toques personales, en los que reside la diferencia y la impronta de “La casa de papel: Corea” donde funciona como un reencuentro con una historia ya conocida, pero con un impulso más para desarrollar una estética, un ritmo y una impronta propia, más allá del gran peso con el que carga de serie original. 

 CALIFICACION: **** – 4 Leos – Muy Buena

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