Las palabras de la madre de la víctima se replican en miles de situaciones similares que no tienen respuesta en una Argentina donde la justicia no cae con todo el peso de la ley sobre delincuentes y criminales.
Por Gerardo Scarcello
Esta vez fue Agustina, la victima que murió cuando fue atacada brutalmente en un intento de robo mientras se disponía a cenar con un amigo. La joven de 19 años, oriunda de La Pampa, se había mudado a Cipolletti, Río Negro para estudiar medicina.
María Agustina Fernández fue encontrada por un amigo en su departamento el sábado por la noche. Se encontraba desvanecida sobre un charco de su sangre, momento en el que se dio aviso a la policía. Presentaba un golpe en la cabeza y en las manos, lo que supone según los investigadores que intentó defenderse.
Perdió la vida por dos teléfonos celulares y una suma cercana a 1000 dólares.
“No entra en mi cabeza, no lo puedo entender la tremenda golpiza que le dieron. Pido justicia y que la Policía siga actuando como lo está haciendo. A mí no me cierra nada de lo que pasó“, expresó Silvana Cappello, madre de la víctima.
Las palabras de la madre se replican en miles de situaciones similares que no tienen respuesta en una Argentina donde la justicia no cae con todo el peso de la ley sobre delincuentes y criminales.
Mas allá de las leyes a favor de la condena de estos agresores a la vida, los cientos de femicidios, las marchas que en pos de visibilizar estos aberrantes hechos, si la justicia no cumple, y está lejos de poder hacerlo, los hechos y las muertes seguirán en aumento.