Muere el ex primer ministro japonés Shinzo Abe, tras ser tiroteado por la espalda en un mientras este daba un discurso de campaña en una calle cercana a la estación de tren en la ciudad de Nara.
Por Gerardo Scarcello
La repercusión internacional que tiene este hecho en un país como Japón donde la cultura del trabajo, la educación y el respeto son sus pilares, y con un perfil de sociedad de donde no suelen conocerse hechos tan violentos como este, marca un antes y un después. O se trata de un loco como los hay en todas partes, o hay un descontento atrapado que la sociedad no se anima a gritar.
Yamagami Tetsuya fue el hombre que disparó certeramente, por la espalda dos veces al exmandatario japonés, Shinzo Abe, destrozándole el cuello y el corazón, que provoco la muerte horas después de un paro cardiorrespiratorio, tras ingresar sin signos vitales a un hospital local para ser atendido de urgencia.
El hombre de 41 años, que trató de escapar a la carrera tras el tiroteo, trabajó en las fuerzas navales de Japón, aunque actualmente estaba desempleado.
Oriundo de la ciudad de Nara, en el oeste del país, sostenía un arma de fabricación rudimentaria y casera, que cayó cuando salió corriendo y fue arrestado por los agentes de Seguridad. Tetsuya dijo a la Policía que estaba descontento con el ex primer ministro japonés.
Cabe aclarar que en Japón la posesión de armas de fuego está regulada con normas muy estrictas por lo que su uso está restringido fundamentalmente a miembros de cuerpos y fuerzas de Seguridad. Por ello se deduce que el arma fue fabricada por el mismo agresor que dio muerte al ex primer ministro.
El ex primer mandatario, estuvo al frente del poder en Japón, entre diciembre de 2012 y septiembre de 2020, cuando anunció su renuncia por motivos de salud.